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Mañana es el Día Internacional de la Mujer y las esperanzas de un futuro libre de violencia afloran en los corazones de miles de personas alrededor del mundo. Algunos de los temas centrales de esta fecha son la lucha contra las desigualdades salariales y el maltrato laboral que deben afrontar las mujeres a lo largo de sus batallas de superación.
Cada 8 de marzo se llama a detener las actividades cotidianas de todas las estudiantes, emprendedoras, madres, hijas, etc., con la intención de revalorizar la importancia de la participación femenina en la construcción de nuestra sociedad. El año pasado, un estudio de Equal Pay Day, una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), reveló que las mujeres trabajan aproximadamente 100 días de manera no remunerada, debido a la brecha salarial que deja al sector femenino con hasta 30% menos dinero del que ganan los hombres por el mismo esfuerzo.
Además de salarios mal pagados, numerosas mujeres suelen soportar el acoso y la violencia en el área laboral. Hasta el momento, el 2018 fue el año con más denuncias en este aspecto; uno de los reclamos más comunes tiene que ver con el despido por embarazo, ya que muchas son excluidas de sus lugares de trabajo por el simple hecho de traer una vida al mundo, como si esto representara una falta grave contra el empleo.
El Día Internacional de la Mujer se celebra en conmemoración de las trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York, quienes perdieron la vida luchando para alcanzar unas mejores condiciones laborales en el mes de marzo de 1911, tras un fatal incendio. Siguiendo este valiente ejemplo, mañana lloverán los reclamos por muchos otros tipos de violencia y se dará voz a aquellas que ya no pueden contar las penas que pasaron por el simple hecho de haber formado parte de eso a lo que muchos llaman “el sexo débil”.
A lo largo de la historia, existieron muchas mujeres que dejaron una huella profunda en el pensamiento colectivo y cambiaron la injusta imagen de sumisión que era impuesta sobre el sexo femenino. De esta manera, en el fulgor de las revoluciones del siglo XVIII, se encendió también la voz de las mujeres y, de la mano de Olympe de Gouges, el texto de la Declaración de la Mujer y la Ciudadana surgió para visibilizar a quienes no se veían representadas.
Nuestro país posee grandes ejemplos de revolución femenina: Teresa Lamas Carísimo se convirtió en la primera compatriota en publicar su libro “Tradiciones del hogar” en 1921. Asimismo, la Dra. Serafina Dávalos cuestionó la sumisión de la población femenina en el siglo anterior y pasó a la historia como la primera abogada en tierras guaraníes.
El #8M no es una ocasión para acentuar las luchas entre chicas de ideales diferentes, sino que representa una oportunidad para que el grito femenino sea escuchado y, así, celebrar los logros de aquellas que sembraron el toque de rebelión de las mujeres en sus respectivas épocas.
Alzá tu voz en nombre de quienes aún se encuentran oprimidas, violentadas, abusadas o subestimadas por una sociedad que todavía no se deshace de los tintes machistas.
Por Belén Cuevas (17 años)