Celsa Pereira

Los minutos y las horas valen oro cuando de una enfermedad grave se trata. Y la impotencia se adueña de las familias porque nuestro país sigue sufriendo la carencia de camas en unidades de terapia intensiva del sistema público.

En nuestro país existe alto porcentaje de bebés que nacen con severa prematurez, teniendo pocas horas de vida, se debaten entre la vida y la muerte. Las terapias están saturadas en el sistema público; y si bien existe un protocolo recientemente firmado para internar a estos niños en el privado, es peligrosamente burocrático, y el tiempo en este caso vale oro.

El consejo de administración del IPS designó a la Abog. Sonia Páez como nueva directora de la Dirección de Gestión de Bienes y Servicios. La funcionaria fue salpicada por hechos irregulares en 2009, pero la misma asegura que la denuncia fue desestimada.

Autoridades del Instituto de Previsión Social se contradicen y castigan a los pacientes al dejarlos sin los medicamentos, que serán retirados del cuadro básico de la institución. El argumento es que implementarán mecanismos administrativos para que el paciente no se quede sin su remedio.

La alta calidad de medicamentos que hoy cuenta el IPS, es lo único que tal vez sostiene al paraguayo a seguir pagando el seguro social. Sin embargo, las autoridades encabezadas por su presidente, el abogado Benigno López, deciden seguir con la prebenda, el clientelismo y las mismas prácticas de siempre, despilfarrando recursos y recortando gastos a costa de la salud de la gente.

En poco más de una década asumieron 15 presidentes en el Consejo de Administración del Instituto de Previsión Social. Los cambios no significaron mejorías y el ente sigue en decadencia, inmerso en un mar de irregularidades, mala gestión, despilfarro y denuncias de corrupción. Nadie fue procesado e investigado y está claro que la previsional es el botín de oro de la clase política en connivencia con los gobiernos de turno.

Guantes para procedimiento y tiras para medir la glucemia son adquiridos sistemáticamente por familiares de pacientes internados en la Unidad de Terapia Intensiva de Adultos del Hospital Central del Instituto de Previsión Social. Esto lo afirman desde el albergue ubicado prácticamente detrás del nosocomio. Las altas autoridades de la previsional planifican cómo despilfarrar y manosear el dinero de trabajadores y empleadores.

Los expedientes en la sección de Archivos del Hospital Central se encuentran abandonados e inclusive a diario se extravían documentos de asegurados. Sin embargo, la jefa de dicha sección, licenciada Ana Liz Cáceres Benegas, fue beneficiada con una remuneración extra de G. 3.000.000 y un plus por responsabilidad de G. 1.500.000.

Un total de cuarenta funcionarios con cargos gerenciales y que ya ocuparon altos cargos en administraciones anteriores siguen instalados en el Instituto de Previsión Social, sin que el presidente Benigno López los cambie. Solo pasaron a otras oficinas, pese a sus antecedentes negativos.

El Instituto de Previsión Social recauda mensualmente entre G. 360.000 millones y G. 400.000 millones. Aun así presta un pésimo servicio tanto en el Hospital Central así como en las clínicas periféricas de diferentes puntos del país. Los gobiernos de turno utilizan al ente como una seccional colorada más y despilfarran recursos con la complicidad de los sindicatos y los gremios representados en su Consejo. Cartes debe poner freno a esta avaricia.