¿En qué bastardo país nos estamos convirtiendo que preferimos cortar las horas de clase porque no tenemos infraestructura para sostener las escuelas? ¿Cómo es posible que falte dinero para internet, comida e infraestructura pero SOBRE para pagar a los hijos parásitos del poder, las putas de los poderosos y las garrapatas de todos ellos?
Horacio es tan pobre que solo tiene plata. Su montaña de dinero le ha permitido comprar no solo empresas, sociedades, fábricas, industrias, socios nacionales e internacionales sino también existe la fundada sospecha de que le habría permitido comprar –o al menos alquilar- poderes del estado, instituciones, decisiones, dictámenes, informes, cargos, investiduras, conciencias, hurras. Pero es tan pobre Horacio que el dinero no le ha servido para comprar lo que más le ha faltado en todos estos últimos años desde que probó el sabor del poder: INTELIGENCIA, AUTORIDAD y SABIDURÍA.
Hemos dejado que se formara una casta política que se cree de noble alcurnia, de gran prosapia y de alto linaje pero en realidad se comportan como si fueran todos unos agavillados de baja ralea y estofa. Una pandilla de asaltantes de fondos públicos y patrimonios estatales.
No le creo, don Santiago, cuando usted anuncia mejoría para todos pero permanece de piedra ante los escándalos del Congreso con las arcas estatales. No nos puede prometer que estaremos mejor cuando ese dinero que necesitamos para estar mejor financia los privilegios de una casta.
El martes 19 de diciembre la justicia fue una injusticia. Por la mañana, insólitamente una fastidiada jueza Alba González preguntó a dos fiscalas si ya iban a finalizar sus alegatos; las representantes de Fiscalía alegaban que Javier Díaz Verón, ex fiscal general del estado (nominado “significativamente corrupto” por EE.UU.), era culpable de enriquecimiento ilícito y su esposa acusada de lavado de dinero.
Paraguay tuvo un Ministro de Hacienda que se plantó contra los despilfarros. Se llamaba Santiago Peña. En el 2015, este ministro dijo que en el 2016 tendríamos un presupuesto general de gastos de la nación “triste pero sincero”. En el 2016 peleó contra aumentos a mansalva que los congresistas proyectaron y logró un veto presidencial total. Lo trataron desde “chusco de película de tango porteño” (Juan Carlos Galaverna, diciembre 2016) hasta “Chicago Boys”. Pero el veto de Horacio Cartes se mantuvo y para el 2017 rigió el mismo presupuesto “triste pero sincero” del 2016.
Tengo CERO dudas de que el último concurso de méritos en Itaipú para permitir el ingreso de nuevos trabajadores permitió la entrada de algunos hombres y mujeres que NO debieron haber ganado. Todos vimos escandalosos casos donde habían arreglado los requisitos para permitir que ingresaran apadrinados de correlíes.
Ya no es una nariz de payaso en la sala de sesiones o guantes de boxeo en el Congreso. Ya no es el privilegio de un millonario préstamo cooperativista de más de G. 1.020 millones. Ya no son denuncias de que él y su hermano Ricardo Núñez vendieron una isla y una parte del río Paraguay sin que la Fiscalía se inmute (2014).