Hasta este momento, algunos miembros de la comunicad científica partían del principio de que no podían existir planetas alrededor de estrellas de estas características, algo que rebate en base a observaciones realizadas con el VLT un artículo publicado este miércoles en la revista “Nature”.
El sistema b Centauri, que se puede contemplar a simple vista, se encuentra a aproximadamente 325 años luz de distancia de la Tierra y cuenta con una masa por lo menos seis veces superior a la del sol, mientras que su estrella principal, de tipo B, es más de tres veces más caliente que nuestro astro, de acuerdo con un comunicado difundido a los medios por el ESO.
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Debido a estas condiciones y a las grandes cantidades de radiación ultravioleta y rayos X que emite el sistema, sería de esperar que el material circundante se evaporase más rápidamente, lo que dificultaría la formación de planetas.
“Las estrellas de tipo B generalmente se consideran entornos bastante destructivos y peligrosos, por lo que se creía que debería ser extremadamente difícil formar grandes planetas a su alrededor,” afirmó Markus Janson, de la Universidad de Estocolmo y autor principal del estudio.
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VLT logró captar imágenes de un planeta
Sin embargo, el instrumento de búsqueda de exoplanetas con espectropolarimetría de alto contraste (SPHERE) del VLT logró captar imágenes de un planeta orbitando b Centauri.
El planeta detectado, que ha sido bautizado como b Centauri (AB)b, tiene una masa diez veces mayor a la de Júpiter, lo que lo convierte en uno de los más masivos jamás observados, y su órbita es una de las más amplias detectadas hasta ahora, cien veces superior a la que hay entre Júpiter y el sol.
“Es un ambiente hostil, dominado por la radiación extrema, donde todo está a una escala gigantesca: las estrellas son más grandes, el planeta es más grande, las distancias son más grandes,” explicó la coautora del estudio Gayathri Viswanath, también de la Universidad de Estocolmo.
Los investigadores que realizaron el descubrimiento, el cual calificaron de “emocionante”, aventuraron que en estas grandes distancias podría estar la clave de la supervivencia del planeta.
