En el primer tiempo, Gustavo Gómez anticipó un balón y recibió un planchazo de Bruno Guimarães, que el juez no vio y, por ende, no sancionó como infracción. El paraguayo quedó tendido en el suelo con síntomas de dolor y fue atendido por el cuerpo médico del Palmeiras. Para colmo, el zaguero reclamó la acción al árbitro Ricardo Marques y recibió la amarilla.
Al término del partido, en que el conjunto paulista igualó 1-1 con Athletico Paranaense en Curitiba y quedó a diez puntos del líder Flamengo, el defensor mostró cómo le quedó parte de la pierna derecha: el golpe dejó varias marcas a la altura del tobillo. A pesar de esta lesión, el jugador culminó el duelo.
