Era la década del sesenta. Terminaba la temporada 1963-1964. Heriberto Herrera dejaba España para asumir en la Juventus. La Vecchia Signora se convertía en la primera experiencia del entrenador paraguayo en un grande del viejo continente. Anteriormente, el técnico había dirigido al Tenerife, Granada, Valladolid, Español y Elche. El comienzo del estratega fue alentador porque durante la primera campaña conquistó un título: la Copa Italia 1964-1965. La final fue contra el Inter del argentino Helenio Herrena, el tradicional adversario que tuvo el nacido en Guarambaré.

La trayectoria de Heriberto como jugador duró unos doce años. Debutó en Nacional en 1947 y se despidió en el Atlético Madrid en 1959. En medio de ambos clubes estuvo la selección paraguaya: defendió los colores de la Albirroja y se coronó campeón, siendo el mejor jugador del certamen, del Campeonato Sudamericano (actual Copa América) en 1953. El certamen fue la catapulta para que el jugador, en compañía de Carlos Adolfo Riquelme y Atilio López, salte de Sudamérica a Europa. El Colchonero fue su último equipo como futbolista.
La carrera en el interior del campo había finalizado. Comenzaba el camino detrás de las rayas, donde anteriomente vestían de gala, la habitual imagen de Herrera como DT. “Es un hombre coherente que no conoce recesiones. Al menos en el trabajo”, cuentan sobre Heriberto en “Historias en blanco y negro: las prohibiciones de Herrera” publicada por la Juventus. “La gestión diaria fue dictatorial, con un sentido de disciplina que condujo a un control estricto sobre la vida privada de todos. Obviamente, la curiosidad que despertó el personaje era querer saber con mayor precisión de quienes lo vivían todos los días”, agregan.

La temporada 1965-1966 pasó con penas. La Juventus y Heriberto no solo no habían conquistado el cetro, sino que vieron como el Inter de Helenio daba otra vuelta Olímpica. Ese año, los Negriazules ganaron la Liga por segunda vez consecutiva y sumaban el séptimo título en cuatro años años después de dos Ligas, dos Copas de Europa y dos Copas Intercontinental. El equipo de Turín, que hasta ese entonces tenía 12 Ligas, 5 Copas y ningún trofeo internacional en el palmarés, quedó completamente opacada por el conjunto de Milán.
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Pero el fútbol siempre da revancha y Heriberto la tuvo al año siguiente: el Bianconero ganó la Liga en la última jornada y con un punto de ventaja sobre la Beneamata. El mano a mano de Heriberto y Helenio fue hasta el final. El 28 de mayo de 1967, la Juventus derrotó 2-1 a la Lazio con goles de Bercellino y Zigoni, mientras que el Inter cayó 1-0 ante el Mantova: los de Turín sumaron 49 puntos, mientras que los de Milán quedaron con 48 unidades. Fue un día de gloria, de festejos y de rachas cortadas. El Sargento de Hierro, como conocían al guarambareño, estaba en la cima.

Tiempo después, Heriberto dejó la Juventus y condujó al Inter, a la Sampdoria, al Atalanta, a Las Palmas, al Valencia y al Español, antes de volver a Las Palmas, donde puso fin a su trayectoría como entrenador en 1982. Ya no hubo títulos, pero las consagraciones en Italia perduran en el recuerdo, para los de Turín como para todos los paraguayos.
