El escandaloso final de una página dorada

BRASILIA. El brasileño Joao Havenlage, quien renunció a su puesto de presidente honorario de la FIFA debido a escándalos de sobornos, marcó una gran época pero los enredos de corrupción terminaron amargando sus días.

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El brasileño Joao Havelange, quien se vio forzado a renunciar a su puesto de presidente honorario de la FIFA por recibir sobornos, masificó y modernizó el fútbol durante los 24 años que estuvo al frente de esa organización, pero los enredos de corrupción amargaron sus días de gloria.

La FIFA dio a conocer la renuncia de Havelange este martes desde Zúrich (Suiza), después de que el Comité de Etica del organismo concluyó que recibió sobornos durante su etapa como presidente.

La renuncia de Havelange, de 96 años, se produjo el 18 de abril pero apenas fue divulgada ahora.

Hijo de un comerciante de armas belga, el brasileño llegó a ser considerado uno de los tres principales dirigentes del siglo XX por el Comité Olímpico Internacional (COI) , organización a la que estuvo vinculado por 48 años.

Jean Marie Faustin Godefroid Havelange presidió la FIFA entre 1974 y 1998, y fue bajo su gestión que el fútbol dejó de ser sólo un deporte para convertirse en espectáculo de multitudes y en uno de los programas televisivos más rentables.

Nadador olímpico —participó en los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín y 1952 en Helsinki—, Havelange tuvo el olfato empresarial para vender el juego a la televisión, atraer las grandes marcas y extender la afición a países sin tradición futbolística como Estados Unidos, China o Japón.

“Hasta la década de 1970, las finanzas de la FIFA dependían básicamente de la boletería de los partidos, la venta de jugadores y de las modestas ganancias comerciales. Fue a partir de la elección de Havelange, que la organización se transformó en una máquina de hacer dinero”, destacó la revista brasileña Piaui.

Bajo su gestión, Estados Unidos, un país que siempre le había dado la espalda al fútbol, se rindió ante el ’deporte rey’ y organizó el Mundial de 1994.

Nacido en Rio de Janeiro el 8 de mayo de 1916, Havelange, se precia de haber hecho de la FIFA una organización con más miembros que la ONU.

“Cuando fui elegido presidente de la FIFA, las asociaciones afiliadas eran 146. Cuando la dejé, en 1998, eran 196. La FIFA tiene mas afiliados que la ONU, lo que demuestra la fuerza del fútbol”, dijo a la revista “Aventuras en la Historia” .

En 1998, el brasileño cedió al suizo Joseph Blatter la presidencia de la Federación Internacional del Fútbol (FIFA), y en noviembre de 2011 tuvo que renunciar al COI para evitar su posible expulsión por denuncias de corrupción.

Havelange fue investigado por sus lazos con la exagencia de marketing de la FIFA International Sport and Leisure (ISL), que declaró la quiebra en 2001 con deudas por unos 300 millones de dólares.

El expresidente de la FIFA fue acusado de recibir un millón de dólares a cambio de que ISL conservara los derechos de televisión del Mundial de fútbol, según denuncias difundidas en un documental de la británica BBC.

El informe, publicado este martes por el comité independiente de ética creado en julio de 2012 por la FIFA, concluyó que Havelange recibió “considerables cantidades”, así como Ricardo Teixeira, expresidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), y el paraguayo Nicolás Leoz, expresidente de la Confederación Sudamericana (Conmebol).

En 2000, con 84 años, Havelange fue interrogado por el Congreso brasileño sobre denuncias por enriquecimiento ilícito, tráfico de armas y soborno.

Entonces, se quejó amargamente de lo que consideró una canallada de los medios. Jamás fue llamado a juicio pese a que su nombre fue asociado al escándalo.

Havelange fue suegro de Ricardo Teixeira, a quien protegió e impulsó como presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol por 23 años. Pero Teixeira renunció a su cargo el 12 de marzo de 2012, también envuelto en denuncias de corrupción.

Cuando Teixera se divorció de su hija Lucia, el exmandamás del fútbol prohibió a la familia pronunciar el nombre de Ricardo. Pero a pedido de su esposa Ana Maria, Havelange se reconcilió con Teixeira e impulsó su carrera hasta convertirlo en candidato a presidir la FIFA, antes de que cayera en desgracia.

El año pasado, Havelange estuvo hospitalizado 64 días por una grave infección en el tobillo derecho. Desde entonces, sus apariciones públicas son escasas, al igual que su contacto con la prensa.

Miembro de una familia acomodada y abogado de profesión, Havelange amasó una gran fortuna, recibió reconocimientos en varias partes del mundo y fue propuesto al Premio Nobel de Paz por la Academia Brasileña de Filosofía, que le concedió un doctorado honoris causa.

Su actuación fue clave para que Rio de Janeiro fuera elegida sede de los Juegos Olímpicos de 2016.

Uno de los estadios de Rio de Janeiro lleva su nombre.

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