Un sueño que pareció convertirse en realidad cuando el conjunto rumano se adelantó a los 34 minutos de juego en el marcador con el gol de Andrei Cordea, que envió a las redes un magnífico pase de Darius Olaru.
Marcador que reflejó los problemas de un conjunto inglés, que pareció mucho menos peligroso sin la presencia sobre el terreno de juego de jugadores como el jamaicano Michail Antonio, el brasileño Lucas Paqueta o el español Pablo Fornals, que arrancaron el duelo desde el banquillo.
Una decisión de la que tuvo que desdecirse el técnico inglés David Moyes, que se vio obligado a recurrir en la segunda mitad a la presencia de Antonio, Paqueta y Fornals para evitar un inesperado tropiezo.
Pero ni la entrada en el terreno de juego del delantero jamaicano y del centrocampista brasileño tras el descanso impidió el sufrimiento de un West Ham que tuvo que esperar a los 69 minutos para igualar la contienda.
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Un empate que llegó gracias al penalti cometido por el portero Stefan Tarnovanu, que atropelló en el interior del área con una impetuoso salida al marfileño Maxwel Cornet, que tuvo que abandonar el campo tras el duro encontronazo con el portero del FCSB.
No falló desde los once metros Jarrod Bowen, otro de los cambios efectuados por Moyes en el inicio de la segunda mitad, que firmó el 1-1 que dio inicio a la remontada del West Ham.
Una reacción final en la que jugó un papel fundamental el fornido delantero jamaicano Michail Antonio que tras propiciar la jugada que permitió al italiano Emerson establece el 2-1 a los 74 minutos, redondeó el triunfo local en el 90 con un gol (3-1) en el que Antonio hizo alarde de su descomunal potencia.
