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Ruiz, de 29 años, marcó este viernes uno de los mejores goles de la actual jornada de la Liga portuguesa, en la que el Arouca se impuso por 4-0 al Portimonense.
Recibió el balón en la entrada del área y, con un toque de magia, consiguió regatear al defensa y hacer un sombrero al portero contrario.
Una nueva demostración del buen momento que vive Alan Ruiz en el modesto Arouca, al que llegó en el mercado de invierno de 2022.
Al principio no logró imponerse, pero ahora es una pieza clave de uno de los equipos sensación del campeonato luso, donde ocupa la sexta posición.
Ruiz lleva dos goles y tres asistencias en 23 partidos con la camiseta del Arouca este año, pero su contribución en el campo va más allá de los números, ya que conduce y construye el ataque de su formación.
Ruiz y Arouca intentarán continuar la estupenda dinámica ya este martes en la 'final four' de la Copa de la Liga, donde se medirán al primer conjunto del argentino en Portugal, el Sporting.
LESIONES E INDISCIPLINA EN EL SPORTING
Alan Ruiz (La Plata, 1993) llegó al Sporting en 2016 procedente del Colón argentino por 8 millones de euros y rodeado de muchas expectativas.
Sin embargo, su breve paso por Lisboa estuvo marcado por las lesiones y la indisciplina.
Al principio consiguió dejar una buena imagen en el campo e incluso estuvo cerca de la selección, pero una grave lesión truncó su periplo.
El segundo curso con el equipo verdiblanco fue más problemático, e incluso se le acusó de falta de compromiso.
En un partido por la Copa de Portugal, los aficionados mostraron su descontento con la actuación del argentino, fuertemente silbado durante el encuentro y al ser sustituido.
Ruiz, en respuesta, tiró su chaqueta al suelo, lo que le valió una suspensión del Sporting. Fue su última acción como futbolista de los "leones".
Tras varios periodos cedido en Argentina e incluso un altercado con la policía local, el Arouca lo devolvió a tierras portuguesas.
EL FERRARI ROJO DE RUIZ
Su paso por el Sporting también se recuerda por las historias en torno a su coche, un Ferrari rojo.
Según publicó entonces la prensa local, a Ruiz se le impidió aparcar su coche en las zonas destinadas a los futbolistas en la ciudad deportiva y en el estadio del club porque era rojo, el color de su rival histórico, el Benfica.
Cuando fue castigado por el club, el centrocampista argentino llegó a publicar en sus redes sociales una foto al volante de su Ferrari, lo que se entendió en su momento como una provocación.
El insólito episodio fue incluso señalado como uno de los motivos de su salida del Sporting.
En una entrevista a un medio de su país, Ruiz negó que fuera esa la razón, pero confirmó que los coches rojos no estaban permitidos en el equipo.