Tras un traspaso desde el Aston Villa que superó los 100 millones de euros en el verano de 2021, Grealish debutó en la máxima competición continental un 15 de septiembre de 2021 contra el RB Leipzig. Un duelo que quedó en la memoria por tres historias, las quejas de Pep Guardiola por la poca asistencia al Etihad Stadium, el abultado resultado, 6-3, y la actuación de Grealish, que marcó un gol y dio una asistencia.
Una carta de presentación fantástica para este estirado extremo que juega con espinilleras de niño y que cuando estaba en el Villa era el héroe de la clase trabajadora inglesa cada vez que jugaba con la selección.
Sin embargo, a aquel gran partido contra el Leipzig le siguieron otras cuatro titularidades infructuosas, derrota contra el Paris Saint Germain, y victorias fáciles contra el Brujas, antes de caer al banquillo. No jugó los últimos dos partidos de la fase de grupos, ni los octavos de final, ni la vuelta de cuartos contra el Atlético de Madrid, ni la ida de semifinales contra el Real Madrid. Su presencia, en los momentos calientes se limitó a 20 minutos contra los rojiblancos y a una infausta salida contra el Real Madrid en la que Thibaut Courtois evitó con la punta del pie que sentenciara la eliminatoria y mandara al City a su segunda final de la Champions.
La sensación general con Grealish fue de capricho; el City no necesitaba un jugador de su perfil cuando le firmó, pero ellos tenían el dinero y Grealish estaba en el mercado. Llegó cuando Guardiola lo que necesitaba era un delantero y su precio fue una presión añadida para un futbolista acostumbrado a hacerlo bien en un Aston Villa, donde era el rey, no en un City donde solo era uno más.
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La competitividad en los extremos era brutal, con Riyad Mahrez, Phil Foden, Bernardo Silva, Gabriel Jesús y Raheem Sterling. Por eso solo fue titular en 22 de los 38 partidos ligueros y su aportación, tres goles y tres asistencias, no justificó una confianza mayor.
Este año la situación ha cambiado, Jesús y Sterling, necesitados de mayor protagonismo, se fueron, y llegaron dos delanteros, Erling Haaland y Julián Álvarez. Las oportunidades se han disparado para Grealish, que ya ha sido titular en 17 encuentros de Premier y ha mejorado sus cifras del año pasado -lleva 3 goles y 4 asistencias-.
No es suficiente para ganarse un puesto seguro en el once cada jornada, pero lo cierto es que Grealish ha sido titular en los últimos nueve partidos de liga y en 14 de los últimos 17.
Su asignatura pendiente es la Champions, donde esta temporada ha sido titular en seis de los siete partidos que ha jugado el City y aún no ha generado ningún gol. Guardiola sí está confiando en él como uno de los principales surtidores de balones a Haaland, como demuestran sus estadísticas: Grealish reparte de media más de dos centros por encuentro, tiene un porcentaje de pase del 87 % y realiza más de cinco regates por partido.
Grealish recibe más falta por partido (3,2) que sus competidores Foden (1,4) y Mahrez (2,1), además de conseguir más regates efectivos por partido (3,6).
La amplitud de plantilla del City ha dotado a Grealish del ecosistema perfecto para que a un fichaje como el suyo no se le exigieran resultados inmediatos, pero ahora, con el gran objetivo del club en juego, se requiere un paso al frente del jugador más caro de la plantilla. Es la hora de que Grealish dé la cara en la Champions.