Tras marcar el AEK el decisivo tercer gol en el minuto 91, el propio presidente del Olympiacos, el empresario naviero Vanguélis Marinakis, saltó al césped para encararse con el árbitro del encuentro.
Poco después decenas de hinchas también irrumpieron en la cancha tirando sillas, piedras y bengalas hacia los agentes de la Policía, mientras que los jugadores del AEK tuvieron que correr cubriéndose las cabezas hacia los vestuarios ya que desde las gradas lanzaban también todo tipo de objetos.
Aunque hasta el momento no se han reportado heridos, el Olympiacos se enfrenta ahora a un posible castigo de entre 2 y 4 partidos a puerta cerrada, y una grave multa, según los medios locales.
La decisión final se tomará después de que representantes del equipo testifiquen ante el Comité Disciplinario de la liga griega.
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El Panathinaikos de Atenas es primero en la Superliga tras ganar ayer al PAOK Salónica, empatado a 72 puntos con el AEK de Atenas, mientras que el Olympiacos queda prácticamente fuera de la carrera por el título, con 63 puntos a falta de cuatro partidos.
