Apenas había sentido peligro el Real Madrid tras el tanto de Éder Militao, más allá de una arrancada de Samu Lino cuyo disparo despejó con un vuelo Courtois, cuando recibió el golpe anímico de ver escaparse un derbi que sintió ganado en el tiempo añadido. Cuando debían flaquear las fuerzas rojiblancas, el corazón dio un giro al partido.
Fue el punto de discordia de los días previos. Las 48 horas de menor descanso del Atlético de Madrid respecto al Real Madrid, víctima de que en ocasiones los intereses televisivos estén por encima de los futbolísticos, para jugar jornada liguera el jueves mientras que su eterno rival lo hacía el martes. Lo que nadie imaginaba es que, cosas del fútbol, el empate llegaría en el último resuello para los que habían descansado menos y debían acusar el desgaste de un duelo de tanta intensidad.
De nuevo un derbi del Metropolitano pone en el foco las decisiones de Ancelotti. No guarda demasiadas alegrías el técnico italiano de la nueva casa del Atlético de Madrid, aunque él fue positivo en su análisis. Buscó amarrar el triunfo quitando del campo a sus dos delanteros, Vinícius y Rodrygo, y al futbolista que estaba dando una clase maestra con balón, Luka Modric, con un espectacular 58 pases buenos de 58 intentados.
Dobló laterales 'Carletto', con la entrada de Lucas Vázquez y Fran García, precisamente la zona del campo donde su equipo se partió hace un año en su última derrota en LaLiga antes de iniciar una racha sin perder que ya alcanza 40 partidos, que le convierte en el técnico que más tiempo la ha sostenido y va camino de superar la del Barcelona (43 con dos entrenadores diferentes).
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"No me arrepiento, los cambios eran por el cansancio de los jugadores", justificó tras el empate convencido de que lo importante nunca fue ir a buscar el segundo sino defender la ventaja y satisfecho porque su equipo defendió mejor que el curso pasado en un estadio donde se llevó siete tantos en dos encuentros.
"Cuando tienes ventaja y faltan cinco minutos tienes que defender. Nuestro objetivo era defender mejor que el año pasado y lo hemos hecho", destacó sacando lo positivo de un final de partido que dejó un sabor amargo y que aumenta a tres los empates madridistas en cuatro salidas ligueras este curso.
El Real Madrid, con la ausencia por lesión de Kylian Mbappé y con los mismos que el curso pasado más unos minutos de Endrick, estuvo a segundos de rebajar a un punto la distancia del Barcelona y aprovechar el primer pinchazo de un equipo intocable hasta El Sadar y vulnerable frente a Osasuna por las rotaciones masivas de Hansi Flick.
Se quedó en tres el día que Ancelotti regresó al sistema que impulsó el éxito la pasada temporada, aumentando un centrocampista y quitando un delantero en un equipo sin Mbappé. Adelantando metros a Jude Bellingham, que cayó más a banda izquierda para ayudar en tareas defensivas y así evitar errores del pasado, con libertad para no defender a Vinícius, y rebajó el inglés la presencia que debía aumentar en área rival sin protagonizar ninguna acción de peligro.
Apenas una generó Vinícius, que andaba desaparecido hasta que puso un pase al corazón del área en la acción que cayó a Militao para que definiese con un disparo potente arriba, inalcanzable para Oblak a los 64 minutos. El disparo del brasileño encontró la respuesta de una estirada del portero rojiblanco que, posteriormente, sería decisiva. El mismo que impulsó al triunfo al Atlético de Madrid en Balaídos el jueves, lo hizo con esa intervención en el derbi para acabar logrando el empate.
Fue el sexto partido sin gol de 'Vini' en el Metropolitano, alejado del foco del conflicto en todo el partido hasta que el encuentro entró en erupción. Con dos enfrentamientos finales, uno con Koke Resurrección que aplaudió a la cara del brasileño las palabras que le dedicó en plena bronca, y otra con Marcos Llorente, que acabó expulsado.
El derbi no dejó nada extra deportivo contra Vinícius. Se produjo contra otro jugador del Real Madrid, con pasado rojiblanco, con quien se tienen cuentas pendientes: Thibaut Courtois. Su celebración del gol desencadenó unos hechos injustificables con el lanzamiento masivo de objetos y la suspensión provisional del partido que afearon el derbi madrileño.
