En un comunicado, Rebelo de Sousa dio su pésame a la familia de Pinto da Costa, al Oporto y a los "miles de aficionados que lo acompañaron a lo largo de más de cuadro décadas de liderazgo del club".
Recordó que conoció a Pinto da Costa a principios de los 80 cuando él era miembro del Gobierno (fue ministro de Asuntos Parlamentarios entre 1982 y 1983).
"Más tarde, fueron muchas las veces que pude ser testigo no solo de los éxitos consecutivos, sino también de una personalidad, una determinación y un estilo propio, que suscitaba grandes apoyos, pero también muchas discrepancias", rememoró el presidente.
Y agregó que en este momento, en que "el juicio a formular debe distanciarse lo más posible", lo más importante es lo que Portugal le debe a Pinto da Costa por el prestigio obtenido en el extranjero durante sus mandatos al frente del Oporto.
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Por su parte, Montenegro subrayó en un mensaje en X que el fallecido tuvo "una personalidad única en el liderazgo deportivo, siendo el presidente de un club con más títulos a escala mundial".
"En mi nombre y del Gobierno, expreso un profundo pésame y solidaridad con su familia, amigos y el Oporto", remarcó.
La liga y la federación de Portugal han dispuesto un minuto de silencio en los partidos de los próximos días en homenaje a Pinto da Costa.
Nacido en Oporto, Pinto da Costa fue el presidente más longevo al frente de un club en el mundo, al acumular 42 años, y también el más laureado, con unos 2.500 trofeos en varias disciplinas, incluidas dos Ligas de Campeones.
Solo en fútbol, el Oporto ganó a lo largo de sus mandatos sucesivos 23 ligas de Portugal, las dos 'Champions', quince Copas de Portugal, una Supercopa de Europa y 22 de su país, entre otros.
Fue también una personalidad controvertida, que a lo largo de su carrera tuvo que enfrentarse a acusaciones de corrupción e incluso a sospechas de haber mandado agredir a políticos y exjugadores del Oporto, aunque él se defendía diciendo que nunca llegó a ser condenado por ningún juez.
