El campeonato, organizado bajo los auspicios del Ministerio de Deportes y Juventud sirio y la Asociación Siria de Fútbol, contó con el respaldo de la empresa británica Work Initiatives como patrocinador principal, junto a otros colaboradores.
Firas Tate, capitán, jefe de deportes de equipo del Ministerio sirio de Deportes y Juventud y exjugador de la selección nacional, destacó en declaraciones a EFE durante la final que "este campeonato es un mensaje a la FIFA para que levante la prohibición de los estadios sirios".
"Esta prohibición se impuso debido a la destrucción de estadios e instalaciones deportivas durante el gobierno de Bachar al Asad y su conversión de estadios e instalaciones deportivas en espacios públicos para las viviendas militares", agregó Tate.
Asimismo, afirmó que están "explorando soluciones" con el Ministerio de Juventud y Deportes que permitan que Siria albergue partidos internacionales mediante la rehabilitación de los estadios.
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El torneo, en el que participaron cuatro clubes, Al Wahda (Damasco), Al Ahly (Alepo), Al Karamah (Homs) y Umayyad (Idlib), busca visibilizar los esfuerzos del país por recuperar su infraestructura deportiva y reinsertarse en el panorama futbolístico global.
En mayo de 2023, el por entonces presidente de Siria, Bachar al Asad, se reunió con el máximo dirigente de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC), Salman bin Ibrahim al Khalifa, para estudiar las posibilidades de acabar con las restricciones que pesan sobre los estadios sirios, declarados no aptos para acoger partidos por razones de seguridad, dado que Siria seguía inmersa en una guerra civil.
Ese encuentro tuvo lugar semanas después de que Siria fuera readmitida en la Liga Árabe tras casi doce años de suspensión por la brutal represión de las revueltas populares por parte del Gobierno de Al Asad.
Ese regreso de Damasco a la arena política árabe se vio entonces como un espaldarazo a los esfuerzos por devolver el fútbol sirio a su estatus anterior.
En los últimos años, la FIFA y la AFC ya se mostraron abiertas a la posibilidad de permitir la disputa de encuentros amistosos en Siria, que tiene prohibido acoger a sus rivales en casa, si bien sí participa en competiciones organizadas por ambas fuera del país árabe.