La experiencia de Julián, De Paul y Qatar 2022

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Iñaki Dufour Madrid, 18 jun (EFE).- Doblegado 4-0 por el París Saint Germain en la primera jornada, el Atlético de Madrid apela a su capacidad, su carácter y su reacción en el Mundial de Clubes, ante un momento decisivo, sin margen de error, como ya vivió la última campeona del mundo, Argentina, en Qatar 2022, con Julián Alvarez, Rodrigo de Paul, Nahuel Molina y Ángel Correa en sus filas.

Los cuatro reviven esa situación en el conjunto rojiblanco a las órdenes de Diego Simeone, como antes lo hicieron con la Albiceleste con Lionel Scaloni como técnico, cuando la primera cita de la Copa del Mundo de 2022 empezó con una derrota inapropiada, un 1-2 contra Arabia Saudí impensable, que luego los hizo más fuertes.

Del revés inicial, cuando Salem Aldawasari y Salem Al Sheri marcaron los dos goles con los que voltearon el encuentro en aquel caluroso mediodía en el brillante estadio de Lusail del 22 de noviembre de 2022, a la victoria final, el 18 de diciembre de 2022 en el duelo definitivo contra Francia, en los penaltis, en una carrera de resiliencia que empezó con aquel sofoco con Arabia Saudí, del que se repuso Argentina, a trompicones primero, con suma solvencia después.

Fueron momentos de reflexión y unión. De grupo. “El primer partido fue un golpe muy duro para nosotros, porque veníamos de 36 partidos sin perder y empezar el Mundial así, con un rival que a priori se pensaba que podíamos ganarlo, fue una prueba durísima para nosotros y para este grupo. Pero el grupo volvió a demostrar lo fuerte que es, sacando partido a partido adelante", recordó entonces Lionel Messi, el líder y la estrella más reluciente de aquel equipo.

Argentina ganó cuatro días más tarde a México. Sufrió. Su primera parte fue decepcionante, con Rodrigo de Paul en el medio campo como titular indiscutible. El centrocampista del Atlético de Madrid jugó los siete encuentros del Mundial. De menos a más, con el segundo tiempo de aquel duelo como punto de inflexión, por los goles de Messi, ya sobrepasada la hora de partido, y Enzo Fernández, que sentenció con el 2-0.

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"Un golpe duro y la reacción"

La tercera jornada, contra Polonia, también decisiva, pendiente de un triunfo, aupó a Julián Alvarez, el ahora goleador del Atlético, a la titularidad. Marcó el segundo gol. El primero fue de Alexis Mac Allister, otra de las novedades del once de la derrota ante Arabia Saudí hacia adelante. Ya jugó de inicio con México y repitió hasta el final.

"Contra Arabia fue un golpe duro pero que nos ayudó a reaccionar, a estar más unidos y al final dio sus frutos", contó el centrocampista entonces en el Brighton y ahora en el Liverpool después del 2-0 ante Polonia, en el que también recuperó su sitio en el once el lateral del Atlético de Madrid Nahuel Molina, suplente la segunda cita y titular las demás.

Superada la primera fase, ya dependió de sí misma Argentina. Retomó la iniciativa, sorteó momentos comprometidos y alcanzó la gloria mundial, tras imponerse primero a Australia (2-1), en los octavos de final; después a Países Bajos (2-2), en los penaltis de cuartos; luego a Croacia, en semifinales, por 3-0 con un triunfo incontestable y finalmente a Francia, en la tanda desde los once metros tras un partido loco que terminó 3-3.

"Es muy difícil lo que hicimos, porque fueron todas finales, con el gran desgaste de jugar cada partido como una final. Estábamos confiados en que lo íbamos a sacar, porque sabemos lo que somos como grupo y como equipo. Nos ayudó a crecer aún más en el campeonato y nosotros en lo grupal", repasó Messi durante ese recorrido hasta la final.

"Este es un equipo que se fortalece bajo presión, quedó demostrado", remarcó Nicolás Otamendi, el central del Benfica y de Argentina, de aquel Mundial, cuando el campeón perdió el primer partido, como un ejemplo para la reacción del Atlético de Madrid, con la experiencia en sus filas de Rodrigo de Paul, Julián Alvarez, Nahuel Molina y Ángel Correa.

A lo largo de la historia de los Mundiales de selecciones, desde el formato con fase de grupos actual y similar al del Mundial de Clubes que se disputa ahora en Estados Unidos, sólo en esa ocasión y en 2010, cuando España se proclamó campeona tras la derrota inicial por 0-1 contra Suiza, son los dos únicos ganadores de la copa dorada después de perder el primer encuentro del torneo. Y sólo hay dos campeones más que comenzaron sin triunfo: Inglaterra en 1966 e Italia 1982, que arrancaron con empate. Una advertencia para el Atlético.