Este ramo se coloca en cada partido que juega el Atlético en una de las esquinas de su feudo y forma parte de un ritual simbólico de los rojiblancos desde sus tiempos en el demolido estadio Vicente Calderón, con el jugador Milinko Pantic.
Las flores las honra Margarita, abonada rojblanca que desde hace décadas muestra su cariño al club con unas margaritas para llamar a la buena fortuna en cada encuentro.
