"Voy a echar mucho de menos el Sevilla. Es mi casa. No es fácil decir adiós a mis compañeros, a mi ciudad y a mis aficionados", manifestó Badé a los periodistas congregados en el aeropuerto hispalense de San Pablo.
El internacional galo, de 25 años y campeón con el Sevilla de la Liga Europa de 2023, era renuente a marcharse del club sevillista, pero ha aceptado ser traspasado para paliar la dramática situación económica de una entidad que todavía no ha podido inscribir a ninguno de sus tres fichajes estivales.
De hecho, la masa salarial liberada por Badé, por quien el Bayer Leverkusen pagará más de 30 millones de euros incluidas variables factibles de cumplir, permitirá al Sevilla tener disponible en la segunda jornada ante el Alavés al extremo suizo Rubén Vargas, fichado el pasado invierno, pero no a todos los refuerzos llegados este verano.
