Una sensacional marca que adquirió un mayor valor si cabe dado el fuerte viento adverso al que tuvieron que enfrentarse los atletas y que obligó a aplazar al sábado la final de salto con pértiga.
Pero el viento no impidió brillar al atleta brasileño, que cumplirá 22 años el próximo mes de junio, en una final de los 400 vallas que reunió a cinco de los seis primeros clasificados en la final de los pasados Juegos Olímpicos de Tokio.
Tan sólo faltó a la cita Karsten Warholm, que, centrado en la preparación para los Mundiales que se disputarán el próximo mes de julio en Eugene (Estados Unidos) y los Europeos que se celebrarán un mes más tarde en Múnich, aún no ha debutado en la presente temporada.
Su ausencia centró todas las miradas en el duelo entre el estadounidense Rai Benjamin, plata en los Juegos Olímpicos de Tokio, y Dos Santos.
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Un duelo que se resolvió finalmente a favor del brasileño, que superó con claridad a un Benjamin al que de poco le sirvió llegar en primera posición a la recta final ante la aceleración final de Dos Santos, que se impuso con un tiempo de 47.24 segundos, la mejor marca mundial del año.
Veinticinco centésimas menos que Rai Benjamin, que no sólo vio cómo el brasileño le arrebataba el triunfo, sino también el récord de la reunión que el estadounidense poseía desde 2021 con un crono de 47.38 segundos. Todo un aviso para el norteamericano y para Warholm.
Pero si una marca destacó por encima de todas las firmadas este viernes en el Catar Sports Club de Doha fue la firmada por el atleta de Granada Anderson Peters, que se impuso en la final de jabalina con un mejor lanzamiento de 93,07 metros, el quinto mejor registro de todos los tiempos.
Peters parece vivir un idilio con Doha, donde ya se proclamó, contra todo pronóstico, campeón del mundo en 2019 con una marca de 86,89, seis metros menos que este viernes.
El estadounidense Noah Lyles, bronce en los pasados Juegos de Tokio, se impuso en la final de los 200 metros con un tiempo de 19.72 por delante de su compatriota Fred Kerley, segundo con una marca de 19.75.
Mucho más atrás concluyó el canadiense André de Grasse, oro en la capital japonesa, que tuvo que conformarse con la cuarta plaza con una marca de 20.15 segundos.
Tiempos todos ellos muy distantes de los espectaculares 19.49 que firmó el pasado 30 de abril el jovencísimo estadounidense Erryon Knighton, de 18 años, que lidera la clasificación mundial del año.
Más sorprendente fue el triunfo del surcoreano Snghyeok Woo en una final de salto de altura en la que todo estaba preparado para el duelo entre el catarí Mutaz Essa Barshim y el italiano Gianmarco Tamberi, los dos saltadores que compartieron el oro en los Juegos de Tokio.
Ni Tamberi, que sólo pudo lograr un mejor salto de 2,20 metros, ni Barshim, que firmó un mejor intento de 2,30, pudieron con el surcoreano, que se impuso con un registro de 2,33, la mejor marca mundial del año, demostrando que su triunfo en los pasados Mundiales en pista cubierta de Belgrado no fue una casualidad.
Igualmente firmó la mejor marca mundial del año el marroquí Soufiane El Bakkali, que se impuso con un tiempo de 8:09.66 en una final de los 3.000 obstáculos. El campeón olímpico se impuso por un centésima al etíope Lamecha Girma, que, como ocurrió en Tokio, tuvo que conformarse con la segunda plaza.
En la competición femenina destacó el triunfo de la burundesa Francine Niyonsaba, que se aupó al primer puesto de la clasificación mundial del año tras imponerse en los 3.000 metros con un crono de 8:37.70 minutos.
Una mejor marca del año que rozó la plusmarquista mundial, la estadounidense Kendra Harrison, tras vencer en al final de los 100 metros vallas con un tiempo de 12.43 segundos.
Tal y como le ocurrió a su compatriota Gabrielle Thomas, que se impuso con un tiempo de 21.98 segundos en la final de los 200 metros por delante de la jamaicana Sheicka Jackon, segunda con 22.07, y la británica Dina Asher-Smith, tercera con un crono de 22.37 segundos.
