Segundo en la tabla, Roglic era la principal amenaza del líder Remco Evenepoel. Ya no solo porque se encontrase a solo 1.26 del belga, sino porque no le servía esa segunda posición. El envite de Roglic en esta Vuelta era de órdago; sumar una cuarta Vuelta consecutiva a las de 2019, 2020 y 2021 y ser así el único corredor de la historia en conseguirlo. Roberto Heras tiene cuarto, pero no fueron seguidas.
Ese reto era el que hacía que Roglic, una vez recuperada la forma que era escasa al inicio de la carrera en días complicados por lo corto de su preparación tras caerse y retirarse también en el Tour de Francia, aprovechase cualquier oportunidad, por pequeña que fuese, para atacar al líder.
Como hizo el martes en Tomares (Sevilla) en un final con repechos, pero destinado a los sprinters. Le perdió su ambición incluso después de ser remontado por los cuatro ciclistas que llevó a rueda. Topó con el británico Fred Wright y se estrelló en el asfalto. Ganó 8 segundos, pero perdió la Vuelta y, lo que más pudo dolerle -además de los golpes, claro-, el récord.
En su ausencia, y como homenaje, un final parecido a ayer. Jornada marcada por una fuga y movimientos entre los mejores a unos 3 kilómetros de meta. Pero sin el punch del líder del Jumbo.
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Apareció el Ineos, con Carlos Rodríguez en la segunda plaza, le relevó el Movistar, en el que amenazó Alejandro Valverde y dio Enric Mas. Salió a por él Evenepoel y el líder dejó claro que no se iba a dejar tiempo en meta.
Llegó el momento del UAE. Primero con Joao Almeida, que se marchó, y después con Juan Ayuso, que quiso aprovechar una acelerón de Miguel Ángel López, rival por el podio. Remco volvió a tranquilizar las aguas y ya solo quedaba el sprint en meta para que los más rápidos, o los más fuertes, limasen unos segundos. Que fueron Remco y Enric, primero y segundo en la general y primero y segundo en la etapa tras los corredores de la fuga.
Cuando traspasaban la meta todo el mundo pensó que hubiese sido con Roglic en carrera. Nunca se sabrá, pero lo que sí es cierto que se le echó de menos. Mucho y muchos. Desde Evenepoel y Mas a Ayuso y Carlos Rodriguez, tercero y cuarto. Y pasando por el vencedor de la etapa, un exultante Rigoberto Urán.
Como muestra de lo que ha supuesto la caída de Roglic y su consiguiente abandono, las palabras de Evenepoel, el más beneficiado entre los varios que ha habido: "me siento triste, no es bonito perder a un gran competidor, un gran campeón y uno de los mejores tipos de la carrera de esta manera". "Es una pérdida para la carrera y una pena para él y su equipo, que han trabajado muy duro para la Vuelta. Me sabe mal por ellos. De ahora en adelante, solamente puedo desearle lo mejor y esperar que se recupere bien", dijo Remco, caballeroso y a la altura de las circunstancias.
