La nueva jugadora del equipo de béisbol de Brown inició su camino en este deporte, dominado esencialmente por hombres, cuando tenía cinco años en Long Island, Nueva York (EEUU).
"Empecé a jugar béisbol cuando tenía cinco años, en ligas menores, y trabajé para llegar a la pelota de viaje (en Long Island)", detalló Pichardo al ser entrevistada este martes por MLB Network.
Tras este primer paso, la jugadora de varias posiciones de 18 años, se unió en la escuela secundaria en Garden School en Queens, donde jugó como estudiante de séptimo y octavo grado, un paso impulsado por su padre y que le brindó la seguridad suficiente para seguir adelante.
"Cuando llegué al octavo grado, mi papá me inscribió en algunos campamentos universitarios, algo que nunca antes había considerado. Pero luego, cuando comencé a competir, me di cuenta de que no estaba luchando con todos los demás estudiantes de secundaria, por lo que realmente me dio un mayor incentivo para seguir trabajando duro y levantar pesas más pesadas y realmente hacer realidad este sueño", reveló Pichardo.
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La pionera en la División I de la NCAA también jugó para New York Crush y Next Level Baseball, antes de pasar a integrar la selección nacional femenina de los Estados Unidos, a los 16 años, pero esto se retrasó debido a la pandemia del Covid-19.
Antes de su llegada a la Universidad de Brown, Pichardo realizó su pasantía universitaria en el departamento de reclutadores de los Mets de Nueva York, una experiencia que la preparó para saber cómo manejar el entorno que la rodea y que fue de ayuda a su llegada a las pruebas del equipo universitario, Osos de Brown.
"Cuando entré por primera vez, fuimos directamente a los escuadrones. Así que realmente me arrojaron a ese entorno, llegué a conocer a todos los jugadores y luego, después de los juegos entre equipos, pasamos a los entrenamientos individuales. Así que pasé un tiempo en pequeños grupos con mi entrenador y creo que realmente será una gran parte de mi desarrollo", recordó sobre su llegada y cómo logró adaptarse al grupo.
Por su parte, el entrenador en jefe de béisbol de la Universidad de Brown, Grant Achilles, indicó que quedó impresionado por las condiciones atléticas, la versatilidad y la fuerza de Pichardo, quien demostró sus habilidades como jugadora del cuadro interior, los jardines y desde el montículo, lo que le abrió las puertas para formar parte del equipo para la temporada que inicia en febrero del próximo año.
La selección de Pichardo representa un gran avance para las mujeres beisbolistas, según datos de Baseball for All, organización sin fines de lucro que trabaja para mejorar la equidad de género en el béisbol y brindar a las niñas de oportunidades para jugar este deporte.
Casi 20 mujeres han formado parte del béisbol universitario en los Estados Unidos, con al menos ocho en las listas de equipos para la temporada 2023, pero ninguna de ellas, en el nivel de la División I de la NCAA donde está Olivia.
"Estoy muy contenta de que tengamos más y más jugadoras de béisbol a nivel universitario, y sin importar la división, es realmente bueno ver este progreso", dijo Pichardo, quien se mostró orgullosa al considerar que está allanando el camino para que otras niñas con las mismas metas que ella, sueñen con lograrlas y alcanzarlas.
Aunque puede desempeñarse en varias posiciones, Pichardo cree que podría jugar con más frecuencia en los jardines.
