Decenas de oficiales de la policía rodearon el perímetro del "manifestódromo" de Jantar Mantar, en el centro de la capital india, y el área completa fue cerrada con barricadas cercando el acceso a la improvisada acampada de los deportistas.
La presencia policial fue reforzada hoy después de un choque entre los manifestantes y la policía que tuvo lugar anoche, y que según las autoridades dejó a varios funcionarios heridos.
De acuerdo con el luchador Bajrang Punia, bronce en Tokio 2020, y una de las voces más activas de esta protesta, "una o dos personas han resultado heridas leves, pero están bien", indicó en un mensaje en Twitter.
Ahora, "la policía y la administración de Delhi han rodeado toda la ciudad", añadió.
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El altercado estalló después de que un miembro del Partido del Hombre Común (AAP) se acercase al lugar con algunas camas plegables para ofrecer a los luchadores que duermen en el lugar tras un día de lluvia.
"Le pidieron que parara porque no hay permiso (para las camas). Partidarios de los luchadores que protestaban llegaron a la barricada e intentaron tomar las camas por la fuerza", lo que derivó en el altercado, informó a la prensa el comisionado adjunto de policía, Pranav Tayal.
Algunos luchadores denunciaron hace tres meses los supuestos abusos sexuales que durante años han tenido lugar en el seno de la Federación de Lucha Libre de la India, acusando directamente al presidente de la federación, el político del partido nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP) Brijbhushan Sharan Singh.
Los supuestos abusos sexuales y hostigamiento fueron cometidos por Singh y por entrenadores mantenidos en sus puestos a pesar de que la federación estaba informada de sus prácticas, según los deportistas.
La inacción de las autoridades los llevó el pasado 23 de abril a ocupar las calles de Nueva Delhi en busca de respuestas y a presentar una queja ante las autoridades.
El Tribunal Supremo de la India escuchará hoy una petición presentada de los luchadores contra Singh, que el pasado domingo defendió su inocencia y calificó las acusaciones de una conspiración política, al tiempo que se negó a renunciar al cargo.