Desde Enric Mas, posiblemente el corredor más en forma, a Carlos Rodríguez, hasta ahora agazapado, pasando por Mikel Landa, también 'diésel' pero en uno de los mejores años de su ya dilatada carrera.
La redención de Mas
Para Mas está Vuelta está siendo la de su redención después de varias decepciones, la última la del último Tour Una carrera en la que nunca tuvo opciones en entrar en una posición destacada en la General y tuvo que reinventarse en cazador de etapas.
Lo hizo, ilusionó algo a sus decaídos seguidores y en la Vuelta a retomado su papel tradicional de candidato al podio. Y hasta al triunfo final, según demostró el domingo en la jornada de El Purche y Hazallanas.
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El minuto de ventaja adquirido a pesar de ser cazado en el plano, la agresividad ofensiva mostrada y la salvada que le evitó dar con sus huesos en el suelo parecen le han cambiado la cara y parece decidido a todo.
Incluso a ascender al peldaño más alto del podio para superar los tres segundos puestos anteriores en la Vuelta (2018, 2021, 2022). Que, a sus 29 años, ya se empezaban a ver como el techo definitivo de la carrera del de Artá.
Landa ante una buena ocasión
Un poco en la línea de Mas, a Landa, también casi eterna sorpresa, se le ha presentado una gran ocasión para cerrar una carrera destacada, pero falta de resultados a la altura de su carisma y el amor que le profesan los 'landistas'.
Cuando parecía en el ocaso tras abandonar el Bahrain sin haber respondido a las expectativas de líder de un equipo de entidad, en este 2024 el alavés también ha revivido. Completó un gran Tour a la sombra de su nuevo líder, Remco Evenepoel, y está esta Vuelta incrustado entre los mejores.
Landa es quinto, a menos de un minuto del podio que roza Mas y es un candidato a la sombra a la espera de la pelea de Roglic y Carapaz por desbancar a 0'Connor.
De momento, el de Murgia apunta a su octavo Top 5 en una grande, el segundo en la Vuelta tras el de 2023. Y con la etapa decisiva cerca de casa, la de Picón Blanco en Espinosa de los Monteros, su legión de seguidores -el llamado 'landismo'- sueña con algo más grande. ¿El amarillo? Pues seguro que muchos también.
La revancha de Carlos Rodríguez
Si alguien pidiese nombres a principios de año de corredores españoles llamados a protagonizar la temporada, el de Carlos Rodríguez sería el primero o el segundo, en función del gusto por su ciclismo sólido o el más espumoso de Juan Ayuso.
Aunque el de Almuñécar partía con una ventaja: es el líder de un gran equipo, el Ineos. Pero las cosas no le fueron como esperaba en el Tour de Francia -fue séptimo-, su gran objetivo del año, y se ha tenido que reenganchar a una Vuelta que iniciaba como segundo de a bordo tras Thymen Arensman y le ha dado la posibilidad de revancha.
Discretamente, sin apenas aparecer en carrera, pero ya dentro del Top 10 y a minuto y medio del podio, el andaluz aspira a ganar varias posiciones que parecen muy asequibles a nada que esté a su altura habitual. Si además es el de los grandes días, como en Morzine en 2023 cuando ganó por delante de Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar en una etapa para el recuerdo, la ilusión ya se dispara.
Como en los casos de Mas y Landa, Carlos no es un gran candidato al triunfo pero sí una bala para un ciclismo español en segunda línea que promete asaltar la primera en la segunda mitad de la Vuelta 2024.
No es descabellado pensar en ello y, sin duda, sería una gran noticia para una carrera que necesita como el comer un local que pelee por el triunfo. Y los tres parecen no solo en disposición sino en condiciones de hacerlo. La carretera lo confirmará o lo desmentirá.
