Ni el siempre prudente Jordi Ribera ha podido abstraerse al entusiasmo que genera la nueva hornada de internacionales españoles y no ha dudado en acelerar los plazos para propiciar, pese a que algunos de ellos se encuentran todavía en edad júnior, su presencia en el Mundial.
Pocas generaciones han desatado tantas expectativas en el balonmano español como la encabezada por los mellizos Petar y Djordje Cikusa, de tan sólo 19 años, tras encadenar los títulos de campeona de Europa y del mundo juvenil con el oro continental en la categoría júnior.
Un ciclo victorioso que tratarán de culminar este verano en el Mundial júnior de Polonia, al que cuatro de ellos, además de los ya mencionados hermanos Cikusa, el extremo Ian Barrufet y el pivote Víctor Romero, llegarán sabiendo ya lo que es disputar todo un Campeonato del Mundo absoluto.
No serán las únicas novedades del equipo español, en el que también debutará en una gran cita internacional el extremo Carlos Álvarez, de 21 años, sustituto de última hora del lesionado Kauldi Odriozola, o el lateral Jan Gurri, de 22, que pese a formar parte de la selección que participó el pasado año el Europeo de Alemania, no jugó ni un sólo minuto.
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Hecho que convierte en todo un veterano, pese a sus tan sólo 22 años, al pivote Javi Rodríguez, que ya tuvo un papel protagonista en el equipo español que se colgó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de París.
España confía en ir de menos a más
Una falta de experiencia que ha llenado de altibajos el rendimiento del equipo español como se comprobó durante la fase de preparación, en la que los Hispanos pasaron en menos de veinticuatro horas de sufrir lo indecible para derrotar a Eslovaquia, una selección que ni tan siquiera estará en el Mundial, a vencer a Noruega, uno de los máximos candidatos al podio.
"Somos conscientes de que vamos con esas dos caras y debemos tratar de mostrar siempre la versión que exhibimos el último día ante Noruega. Creo que podemos ir e menos a más como ya se ocurrió en Castellón, donde tras mostrar muchas dudas ante Eslovaquia fuimos capaces de ganar a un equipazo como Noruega que jugó con todas sus estrellas", indicó Ribera.
Y es que es tiempo y no talento lo que parece faltarle al conjunto español, que carece todavía, como recalcó el preparador español, de los automatismos, sobre todo en defensa, que permitían a los Hispanos jugar no hace mucho prácticamente de memoria.
"Venimos de unos años en los que la selección tenía jugadores que llevaban mucho tiempo jugando juntos y eso, sobre todo, en defensa es siempre un punto a favor. Ahora estamos en un período en el que necesitamos trabajar mucho y los jugadores deben conocerse todavía mucho mas entre ellos, porque muchos están trabajando justos por primera vez", explicó el seleccionador.
Un proceso de adaptación en el que jugarán un papel fundamental jugadores como el guardameta Gonzalo Pérez de Vargas, uno de los encargados de transmitir a los nuevos internacionales el carácter competitivo que ha identificado a los Hispanos.
"El partido con Noruega deber servirnos para darnos cuenta de que si competimos como sabemos, podemos ganar a equipo mucho más hechos y con más experiencia", aseguró el capitán español.
Una idea con la que coincidió otro de los puntales del equipo español, el lateral Álex Dujshebaev, uno de los diez jugadores que repiten con relación al equipo que subió al tercer escalón del podio el pasado mes de agosto en los Juegos de París.
Chile, un rival incómodo para empezar
Veteranos que deben aportar el grado de madurez necesaria para que España, bronce en el último Mundial, supere sin problemas una primera fase que los Hispanos arrancarán este jueves (18:00) ante Chile en el Unity Arena de Oslo.
"Tenemos que empezar muy bien si queremos ganar a una selección chilena que ya nos lo ha puesto difícil en algunos partidos", advirtió Ribera, que parece no haber olvidado los aprietos en los que puso el conjunto sudamericano hace dos años en el Mundial de Polonia y Suecia
Un choque en el que el conjunto español sufrió más de lo que reflejó el 34-26 final para doblegar a una selección chilena que como entonces dirige el preparador español Aitor Etxaburu y que cuenta como principales referencias a los hermanos Rodrigo y Esteban Salinas, jugadores del Bidasoa Irún.
Tras el choque con Chile el conjunto español se medirá el próximo sábado con Japón, que dirige el también español Toni Gerona, que ya dejó, pese a no ganar ni un sólo partido, en los Juegos Olímpicos de París, en los que España derrotó por 37-33 al equipo nipón.
Los Hispanos cerrarán el lunes, 20 de enero, la primera fase ante Suecia, en un choque que determinará las opciones de los de Jordi Ribera en la segunda ronda en la que España se medirá, previsiblemente, con rivales de la talla de Brasil, Portugal y Noruega en busca de un puesto en los cuartos de final.