Apodado ‘Toro furioso’, Asal ha combinado sus éxitos deportivos con una fama de jugador controvertido e irrespetuoso que le ha llevado a acumular varias sanciones por conducta antideportiva.
Después de una trayectoria amateur deslumbrante, se convirtió en enero de 2023 en el tercer jugador más joven en llegar a la cima del squash con tan solo 21 años, solo superado por las leyendas pakistaníes Jahangir Khan y Jansher Khan, quienes dominaron esta disciplina en los 80 y principios de los 90.
Antes de llegar al número uno, recibió una primera sanción disciplinaria de dos meses en enero de 2022 por juego antideportivo, aunque no fue suficiente para escarmentar.
En octubre de ese año, Asal impactó la bola en la cabeza del brasileño Lucas Serme en vez de detener el juego, lo que le dejó noqueado sobre la pista con una conmoción cerebral y una lesión en el oído y, de paso, su descalificación del torneo y un nuevo castigo de seis semanas sin jugar.
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La tercera sanción, de doce semanas, llegó en agosto de 2023 en otro lance controvertido con su compatriota Tarek Momen durante un partido. “Me estoy reconsiderando mejorar mi póliza de seguro”, dijo con sorna el que fue campeón del mundo en 2019.
“Ser controvertido es bueno. Me encanta mi carácter. Es algo que ocurre en otros deportes y con figuras como Cristina Ronaldo”, apuntó Asal a mediados de junio comparándose con el jugador portugués, su ídolo futbolístico.
Al hilo de sus sanciones, la revista ‘Squash player’ le dedicó la portada en abril de 2023 con el titular ‘Public enemy No.1?’ (‘¿El enemigo público número uno?’).
A juicio del número uno mundial, sus celebraciones no buscan la provocación, sino aumentar la atracción por su deporte.
“Muchos aficionados adoran mis celebraciones alocadas, y yo también. Es triste ver a jugadores que no muestran emoción después de un punto increíble. Quiero que el squash celebre la personalidad de los jugadores, como el fútbol", enfatizó Asal en una entrevista con olympics.com.
Las polémicas han ido en paralelo a su dominio en el juego en su séptima temporada como profesional, que le llevó a regresar al número uno el pasado mes de marzo al vencer en el torneo de Optasia de Londres y superar al egipcio Ali Farag, el gran dominador del squash en los últimos años y que anunció su retirada el pasado mes de mayo.
Asal alzó el trofeo ante los medios gráficos al tiempo que se colocaba el dedo en la boca para callar las críticas vertidas por su comportamiento, luciendo en su camiseta el lema ‘Why so serious?’ (‘¿por qué tan serio?’, en español), la frase inmortalizada por el personaje Joker.
Desde hace unos meses, su entrenador es el exjugador británico James Willstrop, quien le ha aportado tranquilidad y le ha inculcado la conveniencia de actuar con respeto en la cancha.
Además de llegar a lo más alto de la clasificación, ha ganado por primera vez el Campeonato del Mundo PSA en mayo y algunos de los principales torneos, como los de El Gouna, Hong Kong y París.
Con 2,1 millones de seguidores en Instagram, el egipcio es un ídolo en su país, donde el squash es uno de los deportes más conocidos, con seis jugadores entre los diez mejores del mundo.
Una hegemonía que se extiende a la categoría femenina, puesto que las tres primeras del ‘ránking’ son egipcias, con Nouran Gohar a la cabeza.
“Siento mucha presión ahora mismo. Creo que mis aficionados me ven de la misma manera que a las estrellas del fútbol”, se describe ante la fama que tiene en el país de los faraones.
Asal quiso de niño ser futbolista para emular a su padre, internacional con la selección egipcia, pero su tío Ibrahim le convenció para pasarse a la raqueta.
“De pequeño, no le gustaba nada el squash, pero a base de esfuerzo, le convencimos”, señala Ibrahim Asal en un documental sobre el jugador cairota en el que admite que es “una persona muy compleja”.
El número uno del squash mantiene su afición por el fútbol, también en versión videojuego, y por el Al Ahly, el equipo más laureado de su país, con cuya camiseta le gusta posar en las redes sociales.
Además de Cristiano Ronaldo, al que considera el mejor por su “mentalidad y habilidad”, admira a la gran estrella egipcia, Mo Salah, delantero del Liverpool.
