"El partido fue muy duro", afirmó Garín en unas declaraciones a la prensa tras su victoria. Explicó que Ivashka es un jugador "alto, de buen saque", y que en superficie de tierra "cada punto hay que ganarlo".
Explicó también que con la humedad en el ambiente de estos días la bola "se pone muy pesada", lo que supone tener que golpear fuerte "para marcar diferencias" y solo cuando sale el sol la pista se pone más rápida.
Tras haber ganado en cuatro sets los encuentros de las dos primeras rondas en París, confió en que eso no le suponga un desgaste excesivo de cara al encuentro de tercera ronda, que será ante el ganador del duelo entre el ruso Andrey Rublev y el argentino Federico Delbonis, que se disputa esta tarde.
Garín prefirió no pronunciarse sobre a qué rival preferiría enfretarse. "Andrey es un top 10 (ocupa el puesto 7 a nivel mundial) y a Federico lo conozco", indicó.
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Si ganara ese partido, igualaría su mejor resultado en un Grand Slam, los octavos de final que alcanzó en 2021 en Roland Garros y en Wimbledon. Hoy prefirió no pensar en eso. "Estoy preocupado en seguir mejorando", recalcó.
El chileno, de 25 años, destacó de forma muy positiva la mejora que ha tenido en los últimos meses con su nuevo entrenador, el español José Vendrell.
"De momento, estoy muy contento de cómo me siento" con el nuevo equipo, con sus sensaciones y con los resultados, apuntó.
