“Lo más admirable de Melià es que fue un hombre que vino a Paraguay de jovencito, no sabía nada de lo indígena, pero aquí empezó a ver, a leer y al final se metió hasta el fondo”, destacó el Pa’i Oliva. El sacerdote expresó también que Bartomeu “escribió muchísimo, tuvo doctorados y más, pero se pasó años viviendo en el Matto Groso desnudo con los indígenas, totalmente identificado. Admiro eso”, dijo.
Por su parte, el también sacerdote José Zanardini habló sobre la “coherencia de vida” de Melià. “Fue no solo un antropólogo de estudio sino un antropólogo de acción. Se jugó por los derechos de los indígenas, recorrió comunidades y dejó su testimonio de pobreza, de desprendimiento, como que viviendo la vida de los indígenas hizo más creíble todo lo que él ha hecho”, señaló.
A su turno, la historiadora Margarita Durán Estragó dijo que recordará siempre cuando conoció a Bartomeu, quien venía de vivir con los Yanomani, un pueblo silvícola de Brasil. Él llegó con sus “orejas horadadas”, porque la comunidad le dejó ingresar solamente con sus lentes. También recordó que él fue su guía en el primer congreso al que asistió en la Comisión de Estudios de Historia de la Iglesia en América Latina y el Caribe.
“También recuerdo muchas peleas con él porque los dos somos apasionados de lo que hacemos. Me dijo hace poco: ‘nosotros peleamos mucho’. Además destaco su sencillez y su humildad justamente porque era un sabio”, indicó.
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En el velatorio se encontraba también María del Mar Melià, sobrina del sacerdote, quien vino desde España. Ella expresó que su tío, hermano de su padre, “vivió feliz, trabajando y disfrutando del Paraguay, y quería morir en el Paraguay”. Recordó que en los últimos años, cuando Melià volvía a Mallorca, la familia insistía para que se quede, “y él siempre decía yo tengo que trabajar, a mí me gusta mucho mi trabajo y yo quiero morir en Paraguay”.
Margarita Morselli también recordó a Bartomeu como “un hombre que ha venido a levantar toda la conciencia de lo que se tenía de nosotros, en todo sentido”. Asimismo, el profesor Ramón Silva puntualizó que lo que hizo Melià “nos va a servir a todos los paraguayos” y que el sacerdote nos dejó como legado su trabajo.
