WASHINGTON (EFE, AFP). Desde la Casa Blanca, Trump enfatizó que “no se perdieron vidas estadounidenses o iraquíes” por los misiles lanzados sobre dos bases militares en Irak que albergan tropas de la coalición internacional que lucha contra los restos del yihadista Estado Islámico.
Aunque abrió su discurso declarando sin rodeos que nunca permitiría a Irán dotarse de un arma nuclear, cerró su mensaje con un llamado a la paz.
Instó a sus aliados europeos y otras potencias mundiales (China, Francia, Gran Bretaña, Rusia y Alemania) a seguir el ejemplo de EE.UU. y abandonar lo que queda del Plan de Acción Integral Conjunto de 2015, el pacto internacional que busca limitar las ambiciones nucleares iraníes.
Con ese pacto, Irán aceptaba reducir su programa nuclear a cambio del levantamiento de las sanciones que asfixian su economía.
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Lanzado por primera vez por fuerzas desde territorio de Irán, el ataque fue muy inusual para un país que suele disfrazar sus golpes contra intereses estadounidenses usando fuerzas chiitas.
La aparente desescalada no quita la presión sobre los 5.200 efectivos estadounidenses estacionados en Irak, donde Irán tiene estrechos vínculos con poderosas milicias chiitas.
Y los aliados iraníes en Irak dijeron que tienen intención de vengar el ataque estadounidense del viernes en el que el comandante paramilitar iraquí Abu Mahdi al Muhandis fue asesinado junto al general iraní Qasem Soleimani.
Además, Trump prometió imponer “de inmediato” sanciones económicas adicionales contra el régimen teocrático, para luego mostrarse más conciliador: “Estados Unidos está listo para abrazar la paz con todos los que la buscan”, dijo dirigiéndose a los iraníes.
Sin embargo, Trump se ufanó de su decisión de ordenar el asesinato del máximo general iraní, Qasem Soleimani. Fue “el principal terrorista del mundo” y “debió ser liquidado hace mucho tiempo”, enfatizó.
Armas nucleares
El pacto de 2015 estipula que Irán solo puede enriquecer uranio al 3,67%, un nivel muy inferior al 90% que se necesita para fabricar una bomba atómica.
Tras la decisión de EE.UU. de abandonar el acuerdo en 2018 y el restablecimiento de sanciones económicas, la República islámica de mayoría chií dejó de respetar el acuerdo y enriquece uranio ignorando las restricciones.
Fuerza Quds de operaciones exteriores con nuevo líder
Esmai Qaani, el nuevo jefe de la fuerza Quds que reemplaza al general Qasem Soleimani, ha realizado parte de su carrera como guardián de la revolución y todo parece que con su nombramiento la continuidad está asegurada aunque carece del carisma de su predecesor, asesinado por Estados Unidos.
Qaani era hasta ahora el segundo de la Fuerza Quds, encargada de las operaciones exteriores de Irán. Se unió al ejército ideológico iraní nacido en la guerra Irán-Irak (1980-1988), los Guardianes de la Revolución (IRCG) poco después de la instauración de la República Islámica en 1979. En 1987 fue nombrado al frente de cuerpo que opera en Afganistán y Pakistán. (AFP)
