“Traje unos relojes de mesa que funcionan de manera análoga, es decir, tienen las pestañas que avanzan cada minuto, y lo que hice fue cambiarles la forma en que operan, interviniéndolas interiormente y así funcionan más rápido. Les puse fotos encima y hacen como un movimiento continuo”, señala el artista.
El objetivo de Gonzalo García es subvertir la noción del tiempo y la memoria. “Basados en un texto de un filósofo francés del siglo XIX que decía que el tiempo era una cuestión subjetiva, la percepción del tiempo que tenemos está atada a las memorias que tenemos de nuestra propia conciencia durante nuestras propias vidas y que no es algo objetivo sino que realmente el tiempo es algo subjetivo y que cada uno lo construye a partir de su propia experiencia”, manifestó.
“Uno tiene un reloj, pulsera o celular, hay una obsesión, vivimos todo el tiempo pensando en el tiempo. En este caso yo quería representar esa obsesión a través de esa paradoja”, dijo asimismo Gonzalo García, que se dedica también a la acuarela.
