Don Ranulfo fue oriundo de Areguá, donde nació el 27 de mayo de 1927. En su foja de futbolista dejó asentada la calidad de goleador en filas de Guaraní, cuando en 1949 fue el artillero y capitán del equipo que se ganó el campeonato de esa temporada.
Aquella consagración del 79 fue una inspiración y el convencimiento para que las selecciones paraguayas alcanzaran futuros objetivos, comprendiéndose que todo objetivo era factible.
Por aquello que llaman injusticias en nuestro fútbol, Miranda nunca tuvo un real reconocimiento hacia su gestión en aquella gesta histórica del ‘79. En los corrillos se manejó la posibilidad de que, en aquella selección, el técnico no tuvo ascendencia sobre los jugadores y que la conquista fue de pura casualidad. Esto fue un apreciación nada más alejada de la realidad. Don Ranulfo tuvo una gran ascendencia sobre el grupo de jugadores, inclusive por encima de Hugo Talavera, el mejor jugador e ídolo del fútbol local por aquellos años. El mismo Talavera había declarado alguna vez, que, “a Don Ranulfo todos lo queríamos y respetábamos. Justamente sus mayores virtudes fueron el manejo de grupo y su perfil bajo”.
En el Sudamericano de Lima 1953, en el que Paraguay se adjudicó el primer título internacional, Miranda estuvo ausente, pues ya estaba prestando servicios en el fútbol de Colombia y en aquella época no existía la posibilidad de contar con los “repatriados”.
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En su foja de entrenador, además de dirigir a la Albirroja, lo hizo en Cerro Porteño, Nacional, Rubio Ñu, Tembetary y Universal de Encarnación. En el plano de exterior, condujo a Comunicaciones de Guatemala, Alianza de El Salvador, el Wilstermann de Cochabamba, Bolivia, el Deportivo Pereira de Colombia y los ecuatorianos, Liga Deportiva Universitaria de Quito, el Olmedo y el Macará.
En 2016 fue distinguido por la Junta Municipal como “Hijo Dilecto de la ciudad de Asunción”. También recibió otras condecoraciones de parte de la Conmebol y de la APF, distinciones que para muchos llegaron tarde.
Pasaron tres años de su partida, pero el legado que dejó sigue siendo de valor y ejemplo en el fútbol.
