Del fútbol del interior, a campeón sudamericano

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Eduardo Deluca entrega a Osvaldo Peralta la medalla de campeón del Preolímpico 1992, disputado en nuestro país, ante la  mirada de don Jesús Manuel Pallarés.
Eduardo Deluca entrega a Osvaldo Peralta la medalla de campeón del Preolímpico 1992, disputado en nuestro país, ante la mirada de don Jesús Manuel Pallarés.

Es un digno representante del fútbol de tierra adentro. Campeón con Guaraní, Cerro Porteño y la Albirroja Sub 23 en el Preolímpico 1992 en nuestro país. Osvaldo Peralta (49), participante de los Juegos Olímpicos de Barcelona, recuerda los gratos momentos vividos, como el susto que se llevaron en pleno vuelo con el desvanecimiento del técnico de la selección, Ladislao Kubala.

El origen del deportista. Nacido en San Pedro del Paraná (Itapúa), el 2 de febrero de 1971, Osvaldo Antonio Peralta Medina es hijo de María Ana y Amancio. Sus hermanos son Alcides, Rosa María, Rolando y Derlis. Su esposa es Sandra Villamayor y sus hijos Ana y Elián.

La trayectoria. Fue un expeditivo zaguero central que debió “remar” bastante para llegar al profesionalismo. Iniciado en el Sportivo San Pedro de su ciudad, desde donde dio el salto al balompié capitalino, militando en General Caballero de Zeballos Cue, Guaraní (campeón del Apertura 1996), Levante de España, Cerro Porteño (campeón del Clausura 1999 y semifinalista de la Copa Libertadores del mismo año), Nacional, Deportivo Recoleta, 12 de Octubre de Itauguá, Fernando de la Mora, Jorge Wilstermann de Bolivia y Silvio Pettirossi.

Selección nacional. Osvaldo fue integrante de la Albirroja en distintas categorías, entre 1992 y 1997. Conquistó con la selección el título del Preolímpico Sudamericano 1992 disputado en nuestro país e integró el plantel en los Juegos Olímpicos de Barcelona del mismo año.

Conquistas. Fue campeón de la Copa Centenario de Chile ‘95, participó de los juegos Panamericanos de Mar del Plata y la Copa América Uruguay, todos en el mismo año e intervino de las eliminatorias para el Mundial de Francia 1998.

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Dirección técnica. En su rol de entrenador fue asistente de la selección nacional en el 2007, en el equipo de trabajo comandado por Gustavo Sotelo y prestó servicios en la formación de valores de Cerro Porteño. Condujo a clubes y seleccionados del interior en las competencias de la Unión del Fútbol del Interior. Con la Liga Tacuary de Coronel Bogado llegó a la final del Interligas Sub 15.

Grandes orientadores. “Tuve como entrenadores a profesionales renombrados como Cayetano Re, Sergio Markarián, Paulo César Carpeggiani, Luis Cubilla, Ladislao Kubala, entre muchos otros, pero el que más me marcó fue Cayetano Re, un verdadero maestro a quien lo considero como mi padre futbolístico”, significó el deportista, quien vive con su familia en Coronel Bogado (distrito del séptimo departamento), desde hace 12 años.

El camino a seguir. Por su larga experiencia en el deporte, el consejo para los jóvenes es “que sean disciplinados, perseverantes, que luchen por sus sueños. El fútbol es un deporte muy lindo pero requiere mucho sacrificio”.

Sus principales referentes. “Daniel Passarella, en el plano internacional; a nivel local, Isidro Sandoval, Luis Caballero, César Zabala, además de dos compañeros de la selección que son Celso Ayala y Carlos Gamarra”.

Lo más alto. “El momento cumbre de mi carrera fue el campeonato Preolímpico y haber participado las olimpiadas de Barcelona 1992 con la selección paraguaya Sub 23”.

No todo fue color de rosa. “Algunos momentos difíciles en el fútbol los tuve más que nada al principio, cuando era joven, porque tuve que dejar mi familia y mi pueblo natal San Pedro del Paraná para buscar mi sueño de ser jugador profesional. Además recuerdo todo lo que pasé para llegar a Primera y estabilizarme en esa división”.

Ingrata situación. “Otro momento no tan grato que se me cruza en la mente es cuando me tocó estar en el banco de suplentes en los Juegos Olímpicos después de haber jugado los siete partidos del Preolímpico de titular y haberme consagrado campeón”, significó.

Oportunidad perdida. “Un sinsabor fue el hecho de no poder viajar a jugar un partido con la selección de mayores en Japón por una lesión”, agregó.

Su paso internacional. “Solo tuve una transferencia importante en mi carrera que fue al Levante de España. Luego el hecho del haber jugado también en un club grande del país como Cerro Porteño y en la selección, que me sirvieron para ganar algo de dinero. Gracias a eso hoy tengo un buen pasar; no puedo decir que estoy salvado para toda la vida, pero tampoco me puedo quejar de lo que me dio el fútbol”, consignó.

La actualidad. “Estoy trabajando por el interior como entrenador de las formativas y el equipo principal del Juventud de Coronel Bogado”, afirmó,

Una persona clave. “Un agradecimiento especial al profesor Valentín ‘Pachanga’ Mendoza, quien fue el que me llevó a probar suerte al fútbol capitalino”.

Actividad cumplida tras colgar los botines. “Tuve una casa de deportes aquí en Bogado, pero después que mis familiares tuvieron que ir a Asunción otra vez, la tuve que cerrar”.

Generación de ingresos en la cuarentena. “Vivo de mis ahorros y del alquiler de un inmueble que tengo”.

Tremendo susto. “Una anécdota no muy grata que recuerdo, pero de la que después nos terminando riendo es en un viaje con la selección al despegar del aeropuerto de Santiago de Chile. El avión empezó a moverse en plena Cordillera de los Andes y en principio todo tranquilo, pero después nos asustamos todos, hubo gritos, porque el profesor Ladislao Kubala se desvaneció y tuvo que asistirle el médico. Al llegar al aeropuerto, más de uno estaba todo transpirado del susto y empezamos a reirnos de cómo rezábamos. Otros más asustados ni eso podían hacer. Al final, no pasó a mayores, fue un gran susto nada más”.

vmiranda@abc.com.py