La pelota fue el único juguete que siempre tuvo

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Rodolfo Echeverría Leguizamón  (52 años), con la aurinegra en su querida ciudad de Areguá.
Rodolfo Echeverría Leguizamón (52 años), con la aurinegra en su querida ciudad de Areguá.

Vino al mundo el 16 de agosto de 1967, hijo dilecto del barrio Las Mercedes de la ciudad de Areguá. Nació y creció a metros del club Unión Paraguaya, él es Rodolfo Echeverría Leguizamón el popular “kuatia Echeverría”, quien no conoció otro juguete que no fuera un balón de fútbol. De físico pequeño, frágil pero rápido y hábil; una delicada pierna zurda lo lleva a debutar a los 14 años en la Primera División del equipo de su querido Unión Paraguaya de su ciudad natal.

Cierto día fue invitado a participar de un torneo de juveniles en el Sportivo Trinidense, en nuestra capital. Un señor de apellido Lima lo observó en ese campeonato de barrio, impactado por la habilidad de nuestro entrevistado le invita a probarse en las inferiores del club Guaraní. Rápidamente el equipo de Dos Bocas lo ficha a cambio de 150.000 guaraníes, dándose la transferencia del Unión Paraguaya de la Liga Aregüeña.

El técnico Cayetano Re que fue contratado en el 84 tomó como hábito de mirar los partidos de las Inferiores del club; resaltaba el trabajo del diminuto delantero aregüeño y Cayetano lo cita para que se sume al plantel de Primera con 16 años. No pasó mucho tiempo para que se produzca el debut en Primera División; en un partido ante Libertad ingresando en el segundo tiempo y a partir de ese encuentro ya formó parte del plantel del recordado “Cayé” que a la postre se consagraría campeón después de varios años de sequía del Legendario”.

Cayetano Re fue el mejor técnico que tuve en mi carrera”, y orgulloso Rodolfo recuerda aquel plantel campeón.

Le brillan los ojos de una manera diferente al recordar a ese equipo que lo cita de memoria a “Julián Coronel, Virginio Cáceres, Luis Caballero, Gerónimo Ovelar, Vladimiro Shettina, Rolando Chilavert, Julio César Franco, Jorge Galarza, Buenaventura Ferreira, Eulalio Mora y Óscar Giménez”.

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Otro párrafo aparte para dos personas, “el capitán Vladimiro Schettina me aconsejaba constantemente, me cuidaba y lo sentía como un hermano mayor: gesto que hasta ahora recuerdo”. Kuatia no pudo dejar de mencionar a don Martín Moreno (el utilero) y su finada esposa quienes “me cuidaron durante 6 años, estando en la pensión fueron mis padres y nunca los olvido”.

Nunca pudo salir al exterior

“En el año 86 tuve ofertas para salir afuera, pero las exigencias económicas de los directivos de Guaraní me privaron de esa oportunidad”, comentó Rodolfo que también apunto “antes se pagaba muy poco, pese a todo no puedo quejarme de la inmensa cantidad de amigos que me dio el fútbol”.

Echeverría, de Guaraní pasó a Cerro Corá de Campo Grande luego a Trinidense. Posteriormente a su querida Unión Paraguaya donde cerró su carrera. Hoy en día reparte sus actividades como técnico de la Escuela de Fútbol del 39 de Setiembre del Caacupemí Areguá, tiene a su cargo a 100 chicos, además tiene una parada de taxi que el mismo se encarga de administrar. Casado con Mirian Troche. Dos hijos: José (19 años) y Rodolfo Esteban (28 años) compone el matrimonio Echeverría Troche.

Impresionó al “Chema”

En su carrera en Dos Bocas, Rodolfo Echeverría lo tuvo de técnico al uruguayo el recordado “Chema” Rodríguez. El charrúa tenía la particularidad de contar siempre con jugadores de contextura física grande, más de uno de sus compañeros del plantel le mencionaban que no iba a tener chance con el “Chema” porque era muy chiquito de físico.

En la primera práctica el entrenador lo ubica como puntero izquierdo. Convence plenamente a Rodríguez y todo ese tiempo fue titular en esa posición y rememoraba a sus compañeros la frase “Kuatia, nde michîeterei... nderejugamo’ãi”. Y ahora sonríe cuando reviven ese momento.

Aquel viaje a Japón

Todo resultó muy grato y a la vez inolvidable la gira por Japón con el primer equipo y entre las cosas que le llamó poderosamente la atención fueron los cubiertos desechables que utilizaban en el hotel. Los guardó y envaló entre su equipaje. Era tanta la cantidad de cubiertos que ya no le cabían entre sus cosas, optó por utilizar un bolso de Rolando Chilavert sin que este se diera cuenta.

Cuando retornaban a nuestra capital en una de las conexiones áreas bajaron en Nueva York, y en ese aeropuerto revisaron el equipaje de cada uno; sorprendidos los inspectores yanquis por los cubiertos desechables que traía Kuatia, a tal punto que fue demorado por varios minutos por no deshacerse de los mismos.

Tuvo que soportar la cargada de sus compañeros durante el vuelo, la risa de todos y el reproche de Chilavert por utilizar su equipaje.

El apodo de Kuatia

El primer día cuando se presentó en la utilería del club Guaraní para retirar las indumentarias de manos de Martín Moreno, este sorprendido por la diminuta y frágil figura le dijo en nuestro idioma: “Kuatiáicha nde vevúi” ...Y al escuchar unos compañeros lo llamaron de la misma manera y ese mote lo llevó a Primera División en la que todo el plantel y el propio Cayetano Re lo llamaba cariñosamente “Kuatia”.

@GerardFigue730