El 6 de abril de 2017, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 71/279 y declaró el 27 de junio como el Día Internacional de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) para reconocer su importancia en los objetivos del desarrollo sostenible.
Según datos procesados por la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC) y el Ministerio de Hacienda, el sector de empresas micro, pequeñas y medianas abarca un universo total de 870.598, donde el segmento “microempresas” representa al 97% del sector tomando en cuenta el total de formales e informales.
“Aquí se concentra el principal desafío del sector, ya que el 70% todavía se desenvuelve en la total informalidad, aproximadamente 607.492 microempresas, que incluyen desde las unipersonales, los trabajadores por cuenta propia que combinan factores de producción, llegando hasta aquellas que emplean un número máximo de 10 colaboradores y que facturan hasta 500 millones de guaraníes por año”, indican los datos del Viceministerio de Mipymes, dependiente del Ministerio de Industria y Comercio (MIC).
De acuerdo a los datos, del universo de las formales, solo el 18% cuenta con la inscripción de IPS (Instituto de Previsión Social) y el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS). Sobre el punto, Isaac Godoy, viceministro de Mipymes, indica que 2 de cada 3 paraguayos trabajan en microempresas.
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Resaltó el rol protagónico de este sector en la economía del país y reconoció la burocracia que se da en el proceso de formalización.
Alegó que además de la burocracia existente, hay otros puntos que están trabajando junto con otras instituciones, tanto públicas como del ámbito privado para mejorar y lograr un escenario más competitivo. Por un lado, dijo que efectivamente formalizarse tiene sus costos y demanda un determinado tiempo.
No obstante, señaló que muchas firmas y emprendedores no buscan formalizarse porque existe un mercado comprador informal que permite esto, ya que no pide factura, compra productos de contrabando y más.
Este escenario se evidenció aún más con la cuarentena sanitaria, ya que una importante cantidad de microempresas no logró tramitar suspensiones de contratos (porque no están formalizadas) ni pudieron acceder a créditos para paliar la situación.
De acuerdo al MTESS, el 80% de los pedidos de suspensión laboral durante la cuarentena provino de las microempresas.
