VILLARRICA (Carlos Ávalos, corresponsal). En la sesión ordinaria de la Junta Municipal de Villarrica, celebrada ayer, un grupo de comerciantes exigió con patrocinio de abogado a los concejales la anulación del contrato de concesión para la explotación de los juegos electrónicos “tragamonedas” en esta ciudad. El año pasado la administración comunal le renovó el permiso a Cristian Fariña Arévalos, señalado como presunto testaferro del senador Rodolfo Friedmann Alfaro (colorado abdista).
Los comerciantes argumentan supuestas irregularidades en la autorización para explotar el negocio, falta de control, la no emisión de factura legal y otras presuntas anomalías.
El abogado Aníbal Bogado, patrocinante de los comerciantes, denunció que la Municipalidad le otorgó la concesión de forma directa a Fariña Arévalos, alegando una supuesta excepción, cuando debe procederse a través de un llamado a licitación, como está establecido por ordenanza. Mencionó que el concesionario paga un monto ínfimo en concepto de canon a la Municipalidad en comparación con la millonaria ganancia que obtiene.
Explicó que los comerciantes quieren trabajar de forma legal, pagar la patente comercial y el canon mensual correspondiente conforme establece la ley y que el beneficio sea de la Municipalidad y no para favorecer a terceros
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El presidente de la Junta Municipal, Saúl Maidana (PLRA), tomó nota del pedido de los comerciantes y prometió que será analizado en la plenaria. Asimismo, anunció que la corporación legislativa solicitará informes sobre la explotación del negocio de tragamonedas.
El concesionario, Cristian Fariña Arévalos, supuesto testaferro del senador Friedmann, manifestó que no existen irregularidades en la concesión ni en el contrato con la Comuna. Añadió que las personas que están reclamando supuestamente trabajan de forma ilegal.
Afirmó que “no es necesario emitir factura legal”. Sobre su relación con Friedmann, señaló que son solo conocidos y que el legislador “no tiene ninguna injerencia con la explotación de las máquinas tragamonedas”.
También intentamos escuchar la versión del senador Friedmann, pero no atendió nuestras llamadas telefónicas a su número.
Poco control
En el 2018 la Junta Municipal le renovó a Fariña la concesión para explotación de las máquinas tragamonedas, que pululan en Villarrica. Por el escaso control, los niños son los mayores clientes, aunque está prohibido por ley.
Según los propios comerciantes, hay más de 300 máquinas en toda la ciudad y dejan ganancia de más de G. 180 millones por semana. En contrapartida, el concesionario paga unos G. 3 millones al mes en concepto de canon comunal y unos G. 5 millones a instituciones de escasos recursos como aporte social.