BUENOS AIRES (EFE). La decisión argentina coincide con la visita del secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo a Buenos Aires. Además, se dio a conocer en coincidencia con el 25 aniversario del ataque a la mutua judía AMIA, el peor atentado cometido en Argentina.
Dejó 85 muertos, sigue impune y la Justicia atribuye al Gobierno de Irán de entonces y al grupo chiita Hezbollah, al igual que el cometido contra la embajada de Israel en 1992, que dejó 29 fallecidos.
EE.UU., Unión Europea, Reino Unido y la Liga Árabe ya habían declarado como terrorista al grupo.
Hezbollah (o Partido de Dios) reivindica la lucha armada en Medio Oriente. El régimen teocrático de Irán es su principal soporte. En América Latina sus aliados son Cuba y Venezuela.
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La semana pasada, Pompeo expresó, según el diario argentino La Nación, el interés de su gobierno de que tanto Paraguay como Brasil se sumen a la ofensiva contra Irán.
Si bien el decreto, firmado por el presidente Mauricio Macri y parte de su gabinete, no menciona a Hezbollah –no considerada como terrorista por la ONU–, miembros del Ejecutivo declararon la intención de que esa organización islamista integre el registro.
“Por primera vez aceptamos que una organización que atentó en la Argentina (...) va a quedar de alguna manera condenada por sus acciones terroristas, condenada en un sentido simbólico. Porque la condena solo la puede hacer la Justicia”, dijo la ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
En este cuarto de siglo, Irán nunca extraditó a los presuntos sospechosos por los atentados de AMIA, y nadie cumplió condena por ninguno de los dos ataques. Además, la investigación ha estado desde el origen plagada de irregularidades y también de acusaciones de encubrimiento contra altas autoridades, como los expresidentes argentinos Carlos Menem (1989-1999) –que fue absuelto este año en un juicio oral– y Cristina Fernández (2007-2015)
La actual senadora, candidata a la vicepresidencia de cara a las elecciones de octubre próximo, está procesada por haber intentado, presuntamente, encubrir a los sospechosos iraníes a través de un memorándum firmado con Teherán en 2013, que en reiteradas ocasiones ella ha asegurado solo buscaba la colaboración bilateral para investigar el ataque.
