Luego asistir a la misa dominical, los manifestantes se quedaron en las parroquias de diferentes ciudades de Nicaragua para celebrar la independencia y para reclamar la libertad del país, ante la dictadura filocomunista de Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.
“¡Democracia sí, dictadura no!”, “¡Viva Nicaragua libre!” o “¡Pueblo, únete!”, fueron algunas de las consignas que gritaron los manifestantes en los templos católicos de ciudades como Catarina, El Rosario, Managua o Matagalpa, en el Pacífico y norte del país centroamericano.
Los manifestantes vistieron de azul y blanco, soltaron globos o confetis con los mismos colores, bailaron el “son nica”, y alzaron la bandera nacional de Nicaragua, para honrar a la patria, acciones por las que anteriormente algunas personas han sido condenadas a varios años de prisión, por parte del régimen.
“Queremos una Nicaragua justa, democrática, y un Gobierno que sea transparente”, dijo la transexual y exprisionera política Victoria Obando, durante una manifestación en la catedral de Managua.
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Los manifestantes “autoconvocados”, llamados así porque se reúnen de forma espontánea y sin obedecer a líderes, eligieron protestar en el interior de las parroquias para evitar ser capturados por policías y los grupos paramilitares del régimen.
La Policía nicaragüense ha prohibido cualquier expresión de rechazo hacia el régimen sandinista de Daniel Ortega.