BRASILIA (EFE). Tropas y blindados del Ejército brasileño se unieron a las fuerzas de seguridad de las penitenciarias como medida de “carácter preventivo” ante informes de inteligencia de posibles fugas.
Los militares se encargan de la vigilancia externa de la Penitenciaría Federal de Brasilia al menos hasta el 6 de mayo próximo, según un decreto del presidente brasileño, Jair Bolsonaro.
Entre los reclusos en esta penitenciaría destaca Marco Camacho “Marcola”, el principal líder del Primer Comando de la Capital (PCC), la mayor organización criminal de Brasil, que es comandada desde las cárceles de São Paulo pero tiene actuación en todo el país y en algunos vecinos como Paraguay y Bolivia.
Marcola purga penas que superan los 300 años de prisión por narcotráfico y homicidio, entre otros crímenes, y desde que fue recluido en Brasilia circulan versiones sobre supuestos planes para liberarlo.
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En el penal de Brasilia también están otros “jefes” del PCC: Alejandro Camacho, hermano de Marcola; Paulo César Souza Nascimento Junior, alias “Paulinho Neblina”; y Sergio de Arruda Quintiliano Neto, alias “Minotauro”.
La militarización del presidio se produjo dos semanas después de que 75 presos, en su mayoría brasileños miembros del PCC, huyeran de una cárcel en Paraguay.
El uso de las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad del presidio en la capital brasileña fue solicitado por el Ministerio de Justicia y aprobado por Bolsonaro mediante a una ley de carácter extraordinario que permite al Jefe del Estado movilizar militares para garantizar la seguridad pública.
“Ya estamos realizando la protección externa de la Penitenciaría Federal de Brasilia. El fuerte sistema de seguridad cuenta con blindados, apoyo de la Aviación del Ejército y tropas del Comando Militar de Planalto”, publicó el Ejército en su cuenta en Twitter, en la que también divulgó fotografías de la movilización de soldados y blindados.
El decreto autoriza a las Fuerzas Armadas a usar otros medios de seguridad disponibles “en caso de necesidad” y aclara que se trata de una medida de “carácter preventivo para mantener el elevado nivel de seguridad en el local donde están aislados integrantes de organizaciones criminales”.
“Estamos previniendo cualquier intento de fuga. Esos criminales son muy peligrosos y normalmente tienen planes para escapar. Pero por ahora no hay nada concreto. Son apenas medidas preventivas”, afirmó el ministro de Justicia, Sergio Moro.
