BUENOS AIRES (AFP). “Se siente, se siente, Fernando (Báez) está presente” cantó a coro una multitud de miles de personas en un mitin frente al Congreso en la capital de Argentina.
Otra marcha para pedir que la causa llegue cuanto antes a su etapa oral y pública, aún sin fecha, se realizó en Villa Gesell, uno de los tradicionales centros turísticos del verano austral, en la costa Atlántica, a 370 km al sur de Buenos Aires.
Emotivos actos similares se celebraron en otras ciudades argentinas. Incluso la demanda se extendió a calles de Barcelona (España) y Londres (Gran Bretaña), informaron los organizadores.
“Justicia por mi hijo es ver a los culpables presos de por vida”, dijo la madre del asesinado, Graciela Sosa, en un discurso desde el palco montado frente al Parlamento. Ocho de los rugbistas acusados, de entre 18 y 20 años, se encuentran bajo prisión preventiva.
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Un juez consideró que ellos actuaron “con la finalidad de consumar un plan previamente acordado de dar muerte a Báez”, según su dictamen.
“Lo que le hicieron a mi hijo no tiene perdón. Lo mataron a traición cuando no podía defenderse. Era un chico bueno que amaba la vida”, agregó la madre del joven entre sollozos.
El homicidio ocurrió en la madrugada del 18 de enero en la puerta de la discoteca Le Brique, tras una discusión dentro del local. Báez Sosa murió de un traumatismo de cráneo causado por los golpes que le dieron cuando estaba tendido en la vereda.
El juez acusó a los rugbistas de actuar con “alevosía” y “aprovechando la inadvertencia de la víctima, quien se hallaba de espalda conversando con amigos”.
Los acusados “propinaron el primer golpe por detrás, oportunidad en que cayó al suelo en total estado de indefensión”. Si son hallados culpables pueden ser sentenciados a cárcel perpetua.
Los manifestantes portaron centenares de pancartas con la foto del rostro de Báez y carteles con la leyenda “Justicia por Fernando, vivamos sin violencia”.
Un testigo declaró a la justicia haber escuchado decir a los rugbistas “te vamos a matar, negro de mierda”, pero el juez aún no decidió si la discriminación será un agravante del caso.
Otros dos rugbistas fueron dejados en libertad, pero aún están bajo investigación. Entre las pruebas hay videos de la golpiza y declaraciones de testigos.
Los rugbistas representan al Club Náutico Arsenal de Zárate, localidad portuaria sobre el río Paraná al norte de Buenos Aires. En el momento del crimen, se encontraban de vacaciones.
N. de la R. Fernando Báez Sosa, de 18 años y nacionalidad argentina, era hijo único de Silvino Báez y Graciela Sosa, paraguayos oriundos de Capiatá.
