BUENOS AIRES (EFE, AFP). Ahogada por las deudas, en cese de pagos y concurso de acreedores, Vicentín es una de las piezas clave del potente sector agropecuario de Argentina, principal fuente de ingresos de divisas para ese país.
Aunque se sabía que la compañía atravesaba serios problemas, Fernández sorprendió el lunes al anunciar su decisión de intervenir la firma y enviar al Parlamento un proyecto de ley para estatizarla.
Y que sus activos conformen un fondo fiduciario administrado por YPF Agro, la división de negocios agropecuarios de YPF, la mayor productora de hidrocarburos del país y controlada por el Estado argentino tras también haber sido expropiada en 2012, a la española Repsol.
Fernández alegó que adoptaba esta medida por el rol estratégico de la empresa para la “soberanía alimentaria” del país, para defender los puestos de trabajo de la firma, dar una solución a los 2.600 productores agropecuarios a los que Vicentín dejó de pagarles a finales de 2019, y por la importancia de que el Estado cuente con una empresa “testigo” en el mercado de granos.
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Impacto incierto
Fundada en 1929 en la central provincia de Santa Fe por la familia Vicentín —cuyos descendientes dirigen actualmente la firma—, el año pasado tuvo una participación del 10% en las exportaciones agroindustriales argentinas.
Con colocaciones por 10.045,6 millones de dólares, está solo por detrás de la estadounidense Cargill, la china Cofco y la también estadounidense ADM Agro, pero liderando el ránking si solo se toman en cuenta los derivados (harina y aceites).
Vicentín se declaró en cese de pagos y convocatoria de acreedores en diciembre. Su deuda asciende a unos 1.300 millones de dólares.
Para Alejandro Ovando, director de IES Consultores, es “incierto el alcance” de la medida anunciada, “siendo solo certera por el momento la decisión intervenir la empresa mediante un decreto”.
“En particular, la medida implica un avance estatal sobre el negocio agrícola, generando dudas acerca del nivel de intervención que buscará el Gobierno”, comentó Ovando.
“Es probable que, por el tamaño que reviste la empresa en la compra y procesamiento de granos (...), intente tener cierto grado de intervención de mercado”, declaró.