La celebración central, a la que asistió el presidente boliviano, Evo Morales, tuvo lugar en el Salar de Uyuni, el inmenso mar de sal situado en el departamento de Potosí (suroeste) que es uno de los principales atractivos turísticos del país, pero que también se considera un centro energético.
Evo presente
Allí, en la llamada “isla” de Incahuasi ubicada en el corazón del Salar, Morales celebró desde la madrugada la llegada del “Willka Kuti”, el año nuevo, con una ofrenda a la Pachamama o madre tierra.
Ataviado con un poncho blanco de alpaca para combatir el frío extremo del invierno en el altiplano y rodeado de amautas (sacerdotes) y otras autoridades indígenas, Morales participó en la ceremonia y pidió fuerza, sabiduría e inteligencia “para que Bolivia siga avanzando”.
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