“Estaba mirando al cielo cuando venía hacia acá (...) Una voz dijo ‘si no paras, derribaré este avión’, narró Duterte tras regresar a Filipinas de un viaje oficial de tres días a Japón.
“Y yo pregunté ‘¿quién habla?’. Por supuesto, era Dios. Así que le dije a Dios que no utilizaría más jerga ni palabrotas”, agregó el mandatario filipino.
“Una promesa a Dios es una promesa al pueblo filipino”, aseveró.
Duterte, investido el pasado 30 de junio tras una victoria abrumadora en las elecciones presidenciales del país, es conocido por el uso constante de palabras malsonantes e insultos en sus discursos y ruedas de prensa.
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Uno de sus exabruptos más utilizados es el “putangina” filipino, traducido como “hijo de puta”, una expresión que en el pasado ha utilizado contra el presidente de Estados Unidos, Barack Obama; el embajador estadounidense en Manila, Philip Goldberg, y el papa Francisco.
