El programa Crimen y Castigo, que se emite de lunes a viernes a las 18:00 por ABC TV, dio a conocer ayer las sorprendentes revelaciones que hicieron ante la Fiscalía los funcionarios imputados Blas Roberto Cabañas (34) y Alberto Fernando Andriotti Figueredo (45), del ahora ya suprimido Departamento Técnico Aduanero de Vigilancia Especializada (Detave).
El primero era el jefe operativo interino y tenía su oficina en el depósito de la empresa Gical, en Mariano Roque Alonso. El otro se desempeñaba como encargado del puesto móvil en Amambay, con jurisdicción en Chirigüelo y Bella Vista Norte.
Coincidentemente, ambos fueron favorecidos con arresto domiciliario por el juez José Agustín Delmás, aunque “por expreso allanamiento del agente fiscal interviniente René Fernández, en razón a los hechos nuevos de colaboración con la investigación”, según dicen las resoluciones emitidas el miércoles último.
Negó, pero después admitió
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Blas Roberto Cabañas brindó una declaración indagatoria el 10 de junio pasado ante la fiscala Josefina Aghemo y negó formar parte del esquema corrupto que fue tumbado el 26 de abril pasado con el operativo Brillante.
“Con relación a la supuesta coordinación de mi parte, para la entrega de dinero al general Ramón Benítez, niego rotundamente que yo haya coordinado cualquier tipo de entrega de dinero con él, en su domicilio o en cualquier otro lugar”, dijo Cabañas inicialmente.
Sin embargo, el mismo funcionario brindó otra declaración indagatoria, el 24 de junio. Esa vez, Cabañas ya reveló que desde enero de 2019 recibía entre G. 2.000.000 y G. 3.000.000 cada semana de parte de un grupo que traía combustible de Pilar. También admitió haber cobrado entre G. 800.000 y G. 1.000.000 a “gente de Coronel Oviedo que venían junto a mí a la oficina de forma semanal”.
“Esos pagos ya eran comunes, eran prácticas de siempre, de todas las administraciones. Específicamente, de las sumas de dinero que yo percibía tenían conocimiento el general Ramón Benítez y Omar Troche, el jefe del Detave. Sabían porque era una práctica. Yo no rendía los montos. Sabían porque era una costumbre”, ratificó.
Sobre la forma en la que se repartían las coimas, manifestó que “no había un sistema oficial, sino que yo realizaba todos los pagos necesarios y me quedaba con la diferencia”.
Anotaba todo
“En enero de 2019, antes de asumir el cargo, el general me indicó que recibiera de una pareja que vino a las oficinas de Gical un sobre que posteriormente le entregué al general. El sobre no tenía nada anotado, pero posteriormente me percaté por las anotaciones de la agenda del general que el sobre contenía un millón quinientos mil guaraníes y con mi nombre anotado al costado. En esa ocasión, el general me manifestó que él nomás anotó mi nombre porque yo le entregué el sobre”, declaró a la Fiscalía el ex jefe operativo de Detave.
“Yo recibía de algunos compañeros de algunos puestos en concepto de ayuda aproximadamente quinientos mil guaraníes de manera semanal, que hacían un total de dos millones. Con relación al general, no me consta. Él se relacionaba directamente con los jefes de los puestos”, añadió.
Dos días después de contar todos estos datos, Blas Roberto Cabañas salió de prisión y ahora está con arresto domiciliario.
