El evento terminó con la aprehensión de los manifestantes Cándido Brizuela y Fabián Chiavo, quienes fueron liberados en el mismo día luego de que el fiscal Ocampos se percatara de que no aconteció nada raro en videos del Sistema 911.
La Policía Nacional reportó incidentes y derivó el caso al Ministerio Público.
El investigador aseguró que de esta forma está obligado a indagar la supuesta perturbación de la paz pública.
Por este motivo, el monseñor Valenzuela fue convocado para declarar ayer en la Unidad de Seguridad y Convivencia Ciudadana.
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El religioso se presentó en carácter de víctima y entre otras cosas dijo que no se sintió “agraviado”, ya que no escuchó nada. Asimismo, relató que no percibió “ninguna agresión física, aunque sí agresiones verbales” por parte de varias personas desconocidas durante su traslado por la calle Palma hasta la Curia sobre la calle Independencia Nacional.
También dijo que “respeta” el derecho a manifestarse.
Los manifestantes, adherentes de la Comisión Escrache, al grito de “el pueblo pide juicio político” exigieron a monseñor Valenzuela que tomase una postura con respecto a la crisis política generada en torno a la firma del acuerdo entreguista de Itaipú. “Son cómplices de los corruptos”, vociferaban los manifestantes.
Valenzuela, quien iba en compañía de otros sacerdotes y ayudantes, hizo caso omiso a las demandas que recibía de los escrachadores y siguió su camino.
