Ronaldinho “celebró” su cumpleaños con un dorado a la parrilla y asado

Este artículo tiene 5 años de antigüedad
El austero asado que ofrecieron anoche los compañeros de prisión a Ronaldinho Gaúcho en el cuadrilátero.
El austero asado que ofrecieron anoche los compañeros de prisión a Ronaldinho Gaúcho en el cuadrilátero.

Lejos, muy lejos de los flashes de los reporteros o de la aclamación masiva en los estadios en los que deslumbró con su magia, la megaestrella del fútbol Ronaldinho Gaúcho recibió ayer su cumpleaños número 40 encerrado en la Agrupación Especializada. Como es hasta lógico por estar encerrado, su habitual sonrisa no alegró ni a sus compañeros de celda, que pese a todo trataron de animarlo con un pescado a la parrilla y después un grasiento asado bien paraguayo.

Ronaldo de Assis Moreira, mundialmente conocido como Ronaldinho Gaúcho, se pasó ayer encerrado casi todo el día.

Fue su decimoquinto día en prisión, aunque en realidad el lugar donde está no es una cárcel convencional, sino un cuartel policial en el que se entrenan, por ejemplo, los policías del Cuerpo Antidisturbios o también conocidos como antimotines o cascos azules.

Ronaldinho se halla alojado en una habitación del sector conocido como cuadrilátero. Comparte la “celda” desde la noche del 6 de marzo pasado con su hermano mayor, Roberto de Assis Moreira.

Dentro del cuadrilátero están presos dos docenas de policías, la mayoría de ellos aún activos y con procesos abiertos en la justicia ordinaria, y solo hay cinco civiles “privilegiados” de gozar de un régimen semiabierto.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Los privilegiados

Además de los hermanos Assis Moreira, los otros tres civiles recluidos son, por orden de antigüedad como presos, el expresidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), Ramón Mario González Daher, de 68 años de edad, y su hijo Fernando Ramón González Karjallo, quien el próximo miércoles cumple 41 años. Este último es el presidente que sacó campeón del torneo Clausura en el año 2007 al club Sportivo Luqueño.

Padre e hijo ocupan el cuadrilátero de la Agrupación Especializada desde el 15 de noviembre del año pasado, tras ser imputados por lavado de dinero y usura.

Otro huésped ilustre de los policías es el hasta ahora diputado nacional por el Partido Colorado Miguel Jorge Cuevas Ruiz Díaz, de 45 años, miembro de la agrupación política del presidente de la República Mario Abdo Benítez. El legislador se encuentra recluido en el cuartel desde el 20 de febrero pasado y su causa es por enriquecimiento ilícito, y declaración falsa.

Casi no asomó al patio

Como para animarlo de cara a la inminente llegada de sus cuatro décadas de existencia, un reducido grupo de compañeros presos le hicieron una previa a Ronaldinho el viernes de noche, cuando comieron un dorado a la parrilla. Dinho cenó, agradeció su ración de pescado, se despidió amablemente y fue a dormir.

Ayer, en cambio, ya casi era mediodía y el astro del fútbol prácticamente no salía al patio de su sector, que es un espacio de 32 metros de largo por 13 metros de ancho rodeado por tres pabellones y con un único acceso a través de un puesto de guardia vigilado habitualmente por dos suboficiales armados con fusiles Galil calibre 5.56 y pistolas Glock calibre 9 milímetros.

Como son los únicos civiles que no tienen baño privado, los hermanos Ronaldo y Roberto de Assis Moreira tuvieron que salir a asearse junto a otros reos policías.

Después de eso, el exfutbolista que descolló en algunos de los estadios más afamados del mundo, como en el del Barcelona de España y o del Milan de Italia, compartió un almuerzo servido por sus guardias y que consistió en un guiso de arroz con carne y ensalada de repollo. Fue tal vez un menú impensado para semejante acontecimiento en la vida de una de las celebridades más conocidas del planeta.

Paradójicamente, sus 30 años los recibió aún jugando en Italia y para la Selección Brasileña. Sus 40 años, en tanto, en una modesta habitación-celda de una temible unidad policial que durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989) fue el mayor cementerio clandestino de presos políticos y otros civiles que anhelaban la democracia.

De hecho, bajo una de las canchas de pasto y tierra en la que jugó durante la última semana Ronaldinho (luego de debutar con la pista de fútbol de salón) se cree aún hay centenares de desaparecidos, a juzgar por los consecutivos hallazgos de restos humanos que sucedieron en los últimos años en el mismo lugar.

El crack del fútbol, ídolo de casi todos los seguidores del deporte, cerró su aniversario con una cena consistente en un grasiento asado de costilla vacuna. En su mesa, esta vez no estuvieron otros deportistas de élite, ni modelos, ni celebridades. Esta vez, había un puñado de convictos, como él.