Esto se debe principalmente a que las autoridades policiales de nuestro país nunca se interesaron en esclarecer el hecho, presumiblemente porque había una orden superior para desentenderse del caso.
En aquellos tiempos se manejaba la información de que Fahd Jamil, el presunto autor moral o mandante del crimen, era compadre del entonces presidente de la República, el general Andrés Rodríguez, señalaron.
En 1995, el mismo juez Valiente ordenó la captura del capo fronterizo Fahd Jamil. Sin embargo, la policía nunca ejecutó la orden, argumentando una cuestión de edad del sospechoso, quien tiempo después logró levantar la orden en el Brasil, donde permanece actualmente, según explicaron fuentes de Pedro Juan Caballero.