Esto pese a que el director del reclusorio, Víctor Servián, prometió informar oficialmente sobre lo ocurrido.
Tras el descubrimiento de una bodega clandestina dentro del penal, no se permitió la entrada de vehículos que no fueran de los funcionarios. Hay varios interrogantes que Servián deberá explicar, como el ingreso al penal de bebidas alcohólicas en grandes cantidades y de prostitutas.
En los días de visita, los controles son meticulosos hacia los familiares de los presos, quienes incluso son desnudados para saber si traen objetos prohibidos. También existen cámaras de seguridad que registran todos los movimientos fuera y dentro del penal. Se supone entonces, que el director sabía del ingreso de bebidas alcohólicas y meretrices.