Manifestó al respecto que la situación actual en el ámbito rural es terrible y desesperante, “no hay nada que comer, ni siquiera para subsistencia”.
“La desilusión y la desesperanza son el denominador común en todos los hogares campesinos”, dijo. Mencionó que las autoridades e instituciones públicas nada hacen para mejorar.
“Como Iglesia tenemos que empezar a transformar la mente y corazón de nuestros gobernantes y cada uno de nosotros –debemos– tomar una posición pidiendo al Señor que nuestra misma Iglesia sea como una madre que recoge, que ampara y que ayuda a mostrar el rostro de Cristo sufriente, que se encuentra en los hermanos necesitados”, especificó.
Silvero subrayó que hay muchos pobres y necesitados que requieren de una asistencia urgente, especialmente aquellos que viven en gran sufrimiento por la falta de salud y carecen hasta de los más básico, que es el alimento diario.
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