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Los sacerdotes Francisco Silva y Pedro Silva y los diáconos permanentes Alejandro Bogda y Bernardo Figueredo fueron nombrados por el arzobispo Edmundo Valenzuela para atender la Pastoral de Exorcismo en la Arquidiócesis de la Santísima Asunción.
Al respecto, el Pbro. Francisco Silva recordó que la Iglesia siempre practicó el exorcismo. “Este equipo trabajará en los casos de poseídos por el diablo, pueden haber también fuerzas oscuras, pero en el fondo es una posesión diabólica. No son muchas las personas que se presentan como poseídas” indicó.
Explicó que se debe saber determinar si una persona está poseída, para eso trabajarán con otros profesionales como médicos, sicólogos y siquiatras y los mismos evaluarán los casos para saber si hay una posesión.
El sacerdote precisó que un poseído puede manifestarse de distintas maneras, por ejemplo, cambia la voz, habla en idiomas antiguos o en varias lenguas; manifiesta una fuerza bruta que no puede ser controlada con seis ni ocho personas. Rechaza los objetos sacros, no puede entrar en la iglesia; otros no pueden estar en una celebración o se ocultan.
Preguntado si la liberación es instantánea o lleva un proceso, Silva indicó que es un proceso. “La gente se apura, quiere que se le responda al instante y apresurar no es prudente. Se debe esperar un tiempo para descartar otros problemas de salud mental, neurológicos, pero es también una oportunidad para que su familia y el entorno entre en una actitud de oración y acompañe porque es muy doloroso ver a un hermano así”, resaltó.
Silva indicó que la pastoral será de servicio, caridad y misericordia para la persona que pide auxilio.
Calificó de muy importante la opinión que puedan tener los profesionales para saber por qué una persona llegó a esa situación.
Ritual
Explicó que el exorcismo tiene su ritual de oraciones, de invocaciones a Dios, Cristo, María, a los ángeles; se reza la letanía de los santos, se proclama la palabra y, a medida que se aumenta la intensidad, se llega un momento en que el que dirige la sesión ordena la expulsión del maligno del cuerpo.
Finalmente, aclaró que el servicio es para los creyentes, y los que no creen recurrirán a otros servicios.