Quieren frenar maltrato en hospitales públicos

Eduardo Sánchez, presidente del Centro de Ayuda a Enfermos de Cáncer, solicitó formalmente a la Fiscalía General de la República que habilite una dependencia exclusiva que se dedique a recibir y procesar denuncias de maltratos y violencia que padecen enfermos de cáncer y sus familiares en hospitales públicos. 

“Queremos contar con una dependencia exclusivamente dedicada a recibir las denuncias y brindar las garantías necesarias para que esos funcionarios que acosan, maltratan y humillan a personas vulnerables como los enfermos de cáncer y sus familiares, reciban sanción por los hechos punibles cometidos”, dijo. 

Sánchez asegura que la mayoría de las denuncias son archivadas en los hospitales, porque todos se encubren. “Hemos recibido innumerables denuncias de maltrato a lo largo de nuestra gestión al frente de nuestro centro, de las cuáles algunas tuvieron respuestas favorables, pero la gran mayoría de las denuncias han sido archivadas en las instituciones afectadas. Estos maltratos, humillaciones y atropellos a los derechos humanos que han sufrido y sufren los enfermos de cáncer y sus familiares por el solo hecho de reclamar el derecho de sus pacientes no se ha podido canalizar de manera a que pueda brindarse una mejor atención”. 

Una línea de denuncia

Sánchez aspira a que se cuente con una línea directa para recepcionar las denuncias. “Queremos que cada hospital cuente con carteles con el número para denunciar la falta total de respeto de algunos profesionales de blanco, y esto lo digo sin generalizar porque también existen excelentes profesionales en nuestro medio que realizan su labor con buen trato, respetando a los enfermos de cáncer y brindándoles por sobre todo calidez humana, que es lo que tanto necesitamos en nuestra sociedad”, apuntó. 

En cuanto a las denuncias señaló que la mayoría son por maltrato, incluso Sánchez fue una víctima cuando fue sacado por guardias del hospital, hace años atrás por haber denunciado irregularidades. También refirió que familiares, principalmente jovencitas que utilizan los albergues, sufren acoso sexual por parte de algunos funcionarios.