Valioso aporte sigue dando Félix de Guarania a la cultura paraguaya

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Félix Giménez Gómez (84), más conocido con el seudónimo literario de "Félix de Guarania", presentará este mes su publicación Nº 75. Se trata de una obra bilingüe denominada "Tekoanga rire, tekoanga jevy" (Después de Teatro, Teatro). En esta nota comparte su amplia experiencia de vida personal y cultural con la naturalidad y la humildad, virtudes propias de los grandes intelectuales.

En un país como el Paraguay donde, según estudios realizados por agencias publicitarias, solo el 5 por ciento de la población lee un diario, es una verdadera "Quijotada" publicar 75 libros en guaraní y en español para leer.   

Félix de Guarania, quien vivió varios años en el exilio durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-89), desde su retorno al Paraguay lucha diariamente contra "los molinos de viento de la ignorancia y parafrasea con su accionar a Don Quijote de la Mancha diciendo: "... ladran Sancho, señal de que cabalgamos...". Por eso, ofrenda cada mes una publicación para mitigar aunque sea en parte el rechazo de muchos paraguayos hacia el idioma autóctono, el guaraní.   

"¿Por qué Don Quijote no iba a cabalgar por los campos y selvas de Paraguay? si cabalgó por todo el mundo. ¿Acaso el guaraní es una lengua incapaz de traducir los pensamientos, las concepciones, las emociones de un hombre que ahora es inmortal, Miguel de Cervantes", dijo Félix de Guarania, en una nota publicada por la Agencia Efe, sobre las razones de esta traducción de Don Quijote de la Mancha, presentada en abril de este año.   

Félix de Guarania presentó en Asunción la versión en guaraní de la obra clásica de Miguel de Cervantes "Don Quijote de la Mancha", en coincidencia con el Día Internacional del Libro.   

El prolífico escritor y poeta paraguayo presenta otra nueva obra este mes, su publicación Nº 75 cuyo título es "Tekoanga rire, Tekoanga jevy" (Después de Teatro, Teatro), un compendio de obras de teatro en versión bilingüe.   

Félix de Guarania, nacido el 20 de noviembre de 1924 en Paraguarí,  casado, con 4 hijos, es uno de los principales exponentes de la lengua guaraní del Paraguay que tradujo al guaraní obras de Gustavo Adolfo Bécquer, José Martí, en el 2001 la traducción en lengua nativa de la célebre novela criolla "Martín Fierro", del argentino José Hernández.   

También escribió diccionario español-guaraní (2002),   Mitos y Leyendas en guaraní (2007), Tabla sinóptica para una nueva gramática guaraní (2008, tesis de masterado), Guaraní en la poesía universal, la Biblia en guaraní, la Constitución Nacional,  Diccionario Mitamí, entre otros.   

De Guarania nos recibe en su humilde residencia y su pequeño estudio donde pasa muchas horas escribiendo. Al principio tecleaba a máquina de escribir, pero ahora su hija Mimbi, de quien dice que son "sus brazos y sus oídos", le ayuda a tipear en la computadora.   

Con mucha naturalidad y fuertes emociones que lograron hasta hacerle llorar por momentos fue narrándonos su rica experiencia de vida de sufrimientos, sacrificios, pero también instantes felices como cuando cayó la dictadura de Stroessner que le dejó truncados sus estudios universitarios de Medicina, Derecho y a 15 días de finalizar la carrera de Letras en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción.   

Recordó que estando en Buenos Aires con un grupo de paraguayos exiliados era tanta la emoción de la noticia del golpe del 2 y 3 de febrero de 1989, que derrocó del poder a Alfredo Stroessner después de 35 años de dictadura, que esa misma noche del 3 de febrero fletaron un colectivo y vinieron sin pensar en nada más que abrazarse con los familiares y paraguayos a quienes hacían años no veían.   

Así llegaron a Asunción y don Félix después de la euforia del momento buscó a sus 5 hermanos para ser informado que todos habían fallecido. La desazón se apoderó de él y le dieron hospedaje en la Misión de la Amistad (De la Iglesia Discípulos de Cristo) donde vivió unos meses.   

Destierro   

Por reivindicar los derechos del campesinado, la libertad de expresión y la igualdad de los derechos, a don Félix lo encarcelaron y persiguieron constantemente desde la dictadura del presidente Higinio Morínigo.   

Fue apresado por primera vez en 1941, por un discurso que presentó en el colegio en su Paraguarí natal, en el Día de la Juventud, el 21 de setiembre. También fue apresado por escribir una obra de teatro: "Mboriahu rekove".   

En 1963 le confinaron en Clorinda con lo que llevaba puesto, sin documentos, después de haber vivido 10 años en la clandestinidad. En esa ciudad argentina ya le esperaban su esposa y sus cuatro hijos.   

De Clorinda, su peregrinaje continuó a Buenos Aires, Argentina, y de ahí a La Habana, Cuba, donde le propusieron trabajar en Moscú, Rusia, en un programa de radio en guaraní. En Moscú vivió durante cinco años con su familia. Volvieron a Buenos Aires, donde estuvieron 15 años. A días del golpe de Estado de 1989, cuando derrocaron a Alfredo Stroessner, don Félix retornó al país.   

"Mis hijos al igual que yo sufrieron el desarraigo familiar y cultural en el exilio de 26 años que tuve. Llegué al Paraguay con las manos vacías, porque lo que ganamos fuera del país nos alcanzaba solo para comer", rememoró. Agrega que inclusive sus hijos a pesar de sus altos estudios no tienen trabajo seguro en el Paraguay, "tal vez porque estudiaron en Rusia", alegó.   

Clara Guimpelevich de Giménez, de 83 años de edad, es  su esposa, con quien lleva   55 años de casados. "Es mi compañera incansable y mi principal sostén emocional",  resaltó el prolífico escritor.   

Sin apoyo del Gobierno
   
Félix de Guarania recibió como 30  galardones,  premios y menciones como la plaqueta de Los Diez del Año, la del Festival de Ypacaraí, la del Festival de Takuare’ê, una mención del premio literario municipal y en 1995 le fue conferida la Condecoración al Mérito en el Grado de Comendador y la de Hijo Dilecto de la Ciudad de Asunción.

Don Félix  nos dijo que no está bien de salud. Padece de diabetes, sus piernas ya no le responden bien, por eso camina poco, va perdiendo la audición y la visión, pero su mensaje a la juventud es que hay que defender y valorar la cultura paraguaya como un símbolo de la nacionalidad.   

"No tengo IPS, no tengo dinero para comprar los medicamentos. Y de tanto en tanto recorro instituciones educativas para vender mis libros y pagar mis gastos", afirmó don Félix, quien este año recibió la máxima condecoración que puede recibir un ciudadano de parte del Estado paraguayo: la Orden Nacional del Mérito en el Grado de Gran Cruz. Una distinción que no le sirve para comprar medicamentos ni alimentos cuando le hacen falta.   

Al volver al país, don Félix empezó su fructífera carrera como escritor, investigador, docente y sus obras son  reconocidas a nivel nacional e internacional.  En su pequeño estudio, Félix de Guarania se pasa horas escribiendo. Llegó a publicar casi un libro por mes. Al culminar la entrevista con una amplia sonrisa nos dijo: "Moriré con la pluma en la mano", haciendo alusión a que seguirá produciendo.
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