En este sentido, es más que plausible la iniciativa que desde hace tres años viene impulsando el concejal municipal de Encarnación Sebastián Remesowski (ANR), que a puro pulmón y con el apoyo de mucha gente solidaria y comprometida con su sociedad, junta a niños de todos los barrios del distrito en un encuentro deportivo que busca canalizar su tiempo y energía hacia actividades que les resultan útiles y oportunas para su formación y desarrollo, físico, emocional, social.
En un país en el cual miles de niños y adolescentes viven por debajo de la línea de pobreza, sin condiciones básicas como comer bien todos los días, sin posibilidades de asistir a una escuela decente, y mucho menos recibir una formación adecuada que los prepare para su vida futura, para una vida con posibilidades de desarrollo integral como persona, ningún esfuerzo es suficiente.
En una sociedad en la cual la voracidad y la miopía de sus dirigentes genera marginalidad, miseria, exclusión y resentimiento social. En la cual la corrupción empotrada en las instituciones del Estado y la miseria humana de quienes lucran con el tráfico de drogas arrastran a muchos niños hacia un abismo de deshumanización, hacen que iniciativas como las de este concejal encarnaceno merezcan el reconocimiento y el apoyo de la ciudadanía.
Un aplauso al programa “Goles por mi barrio, juguemos al fútbol no a las drogas”, cuyo inicio se da precisamente en un mes en el que en nuestro país se recuerda el Día del Niño, como homenaje a aquellos niños mártires de Acosta Ñu, masacrados el 16 de agosto de 1869 por un ejército invasor durante la Guerra contra la Triple Alianza (1864-1870).
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Ese episodio que queda en las páginas de la historia como testimonio para la deshonra de la historia militar de varios países, debe ser también un recordatorio para nuestro pueblo, de que solamente con ciudadanos sanos, educados, libres de vicios, podremos construir esa sociedad que soñamos.